Él había terminado grave en el hospital.
Ella se enteró días después.
Él no tuvo más opción que decirle la verdad.
Ella lloraba de dolor, tristeza e impotencia.
Él sentía que su corazón se le rompía al verla llorar.
Porque ella sabía que lo perdería.
Que los días pasarían muy rápido y que su felicidad no duraría mucho.
La única persona que la hacía feliz, se iría y para siempre.
Pero lo peor era que no podía hacer nada... Y eso le destrozaba el alma.
