A ella le encantaba ir de fiesta, beber y fumar.
A él le gustaban los días lluviosos, el café amargo y leer.
Eran completamente diferentes; en todos los sentidos, en todas las formas posibles.
Pero... Los polos opuestos se atraen.
Y eso eran ellos, dos polos opuestos
que el destino
se encargaría de unir.
Aunque terminaran destruidos, desechos, rotos, dañados...