Era un día bastante tranquilo.
Ella estaba sentada en un banco del parque.
Él iba cruzando por ahí y se acercó a ella.
Se miraron fijamente a los ojos.
Y sonrieron.
Él se acercó y se sentó a su lado.
Ninguno hablaba hasta que ella rompió el silencio.
Hablaron, hablaron y hablaron durante horas.
Él la invitó a salir.
Ella encantada, aceptó.
A partir de ese día comenzó su historia.
