Narra Neymar: Entramos a la habitación e inmediatamente Maddison me cogió del cuello y me arrastró con fuerza a la cama para comenzar a besarme.
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Y me estaba gustando, pero tuve que interrumpirla.
-Perdona, Maddi ¿Sabes lo que estás haciendo? -le preguntó seriamente, mirando sus profundos ojos azules. -No, pero no me importa. Lo único que sé es que nuestros cuerpos lo piden a gritos y tú lo sabes. Dijo en tono pervertido mordiendo mi labio -Ni una palabra más, esta noche es sólo nuestra. Voy a hacer que tu piel arda con cada una de mis caricias -No me imaginaba que esto pudiera ser tan hermoso -murmuró. -No sabes cuánto me alegro -conteste
Narra Maddison: Sin concederme tiempo siquiera para que pudiera considerar que lo que estábamos haciendo tal vez era una locura, Neymar besó mis labios de nuevo, haciendo que mi cuerpo se encendiera. Sus manos descendieron lentamente por mi espalda, mientras me animaba a tumbarme, acariciándome y despertando en mí un deseo intenso. Con una mano mimó mis excitados pezones con leves caricias que me hicieron gemir. Su boca pronto abandonó mis labios para dejar un camino de besos que descendía por todo mi cuerpo y, tal como me dijo, su lengua recorrió cada uno de mis rincones, calentando mi piel, Neymar se dedicó a mis pechos, y las caricias de su lengua provocaron que me arqueara casi sin querer hacia él cuando sus dientes juguetearon cruelmente con mis pezones, mientras sus manos descendían hacia los lugares más íntimos de mi ser. Me estremezco. Mi espalda se arquea nuevamente en respuesta. Jadeo. Estoy a su merced. Abro los ojos todo en él es tan perfecto que siento unas cosquillas en el estómago y en mi sexo. Ávido por saborearme. Su mirada es endiabladamente sexi. Sus cortos y húmedos besos por todo mi cuerpo logran estremecerme. Quiero más. Vestida con tan sólo un panti, él se incorpora para desnudarse por completo ante mí y mostrarme su escultural cuerpo en un rápido gesto, me muerdo el labio inferior al admirar semejante estampa. Sin demora, agarra mi única prenda por ambos lados y logra quitármela mirándome con auténtica lujuria.
-Ahora eres mía. Sus ardientes palabras erizan mi piel.
Con firmeza y una seguridad que me abruma, me sujeta las piernas y, en un brusco y ardiente gesto, me las abre para él, es él quien en realidad se rinde ante mí, comenzando a lamer mi clítoris en su plenitud y de una forma tan rica, que no pude evitar gritar su nombre. Ascendió lentamente por mi cuerpo, haciéndome arder con su boca, gemir desesperada con cada uno de los roces y besos. En ese momento Neymar se apartó de mí con una sonrisa de satisfacción y, desnudo, corrió hacia su abandonado pantalón, de donde sacó un preservativo que colocó apresuradamente en su erecto miembro con alguna que otra maldición llena de impaciencia que me hizo sonreír. En el momento en que volvió a mi lado, besó otra vez mis labios y cuando me retorcía de nuevo de deseo entre sus brazos, él se introdujo en mí, haciéndome gritar de placer que sólo él podía regalarme. Al principio, Neymar se movió despacio y con cautela, pero muy pronto mis caderas se alzaron reclamando más y mis uñas se clavaron en sus hombros exigiendo el placer. El ritmo de sus embestidas aumentó, igual que la ferocidad de éstas cuando le susurré al oído pervertida y muy excitada
- Quiero mas Ney, mas mas....Ummm.
Finalmente, ambos nos rendimos al éxtasis, llegando a la vez a la cumbre del placer mientras gritábamos nuestros nombres, dispuestos a no olvidarnos jamás de ese día.
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