(1) El horrible apellido Blake

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Los árboles pasan rápidamente a mi lado, habían pasado casi dos años desde la última vez que había estado aquí, me detengo un segundo a disfrutar de la vista, algunos recuerdos me invaden, muevo mi cabeza evitando que lleguen a mi mente.

— Macay, ya estamos llegando a la mansión Blaeck.

Quito la vista de la ventana, bufo, estar en esa casa no es algo que me guste en lo absoluto, lo único que me reconforta es que no estaré sola por tanto tiempo solo por unas semanas y ya.

— No entiendo porque tengo que venir a vivir a ese lugar, desde que tengo memoria, la mayoría de mi familia me ha tratado con indiferencia, y empeoró después del accidente. — digo desanimada.

— Señorita, cuando llegué a esa mansión hace muchísimos años todos sus tíos me trataron con la misma indiferencia a excepción de su padre, de su abuela y su difunto esposo que en paz descanse— hace una pausa — su padre era el único que tenía los pies sobre la tierra, por ello él siempre la protegió hasta de su propia familia.

— Tienes razón, Josué, solo no comprendo las actitudes de mi tíos hacia mí, nunca les hice nada, y desde mucho antes de que mi padres tuvieran el accidente todos seguían teniendo esos comportamientos.

— No les ha hecho nada, pero es la única heredera de los Blaeck, desde hace varios años su abuela ya tenía escrito su testamento, en donde a su padre como heredero absoluto de casi todos sus bienes, claramente sus otros hermanos recibirán parte de esa herencia pero el sucesor de todo era su padre, ahora usted será la heredera de todo, no solo de los bienes de su padre sino también de la herencia de su abuela.

— ¿Cómo es que sabes todo eso?

— Yo era muy amigo de su padre, creería que era una de las personas en quien más confiaba. — la nostalgia invadió sus últimas palabras.

Me quedé en silencio pensando en todo, eso era algo que ya yo sabía y él tenía razón en algo, mi familia podría matar a alguien si así mi abuela lo pidiera con tal de que estuvieran en su testamento, lo que nunca contaron es que el único heredero de ella sería mi padre, y por ende mi abuela cambió el testamento para que fuera yo la heredera, maldito dinero, lo único que hace es cambiar a las personas.

Incluyéndose a ella, la culpable de haber estado en un internado durante casi dos años en Venecia, sin una visita de ella, solo de Josué, ella es la culpable de que yo no pudiera pasar mi duelo,  eso es algo que nunca le perdonaré.

— Su abuela tiene una fiesta en su honor esta noche, vendrán las familias de las casas vecinas — Hace una pausa observando el retrovisor — Señorita tiene uno de los broches suelto.

Señala alguna parte de las esquinas de la máscara, por inercia mis manos viajan por la máscara encontrando a su paso el broche suelto, dejo todo en su lugar correspondido.

— La estilista y la modista están esperando a su llegada para arreglarla antes de que empiece la fiesta de esta noche.

— ¿Debo asistir? — pregunto incómoda, me había acostumbrado a estar en lugares con pocas personas.

— Si, tranquilícese todo se mantendrá en bajo perfil, usted solo estará cuando la anuncien en la entrada, y en la cena, si después de todo eso usted desea retirarse no habrá ningún inconveniente, su abuela quiere que se quite la máscara y se suelte el cabello.

— No estoy lista para eso, desde que se lo prometí a mi padre no quise quitarme la máscara— Aseguro.

— Respeto su decisión pero tenga en cuenta que mientras más complazca a su abuela más libertades le dará.

Reto de novios ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora