(5) Las decisiones apresuradas no traen nada bueno.

35 25 5
                                    

CAPÍTULO CINCO

Macay

— ¡Maldito idiota! ¡Lo odio! ¡Lo odio! ¡Lo odio! ¡Estúpido! ¡Estúpido! ¡Estúpido! ¿Quien se cree? — a este punto mi máscara ya había desaparecido junto al alterador de voz — Pero si cree que esto se quedará así está muy equivocado, ahora sí te voy a joder Cavalier, te vas a joder. — Sentencio agitada.

Repentinamente mi celular comenzó a sonar, era Jackson, no se ni para qué perdí mi tiempo en la casa de Zeus, todo había estado bien, hasta que tuvo que llegar él a arruinarlo, pero más enojada estoy conmigo misma, porque estaba confundida, frustrada, cansada de intentar recordar lo que había pasado con él, que desistí y le pedí que me contara ¿Para qué? Para nada porque no termino de decirme algo que ya no supiera, solo termine aún más jodida.

Contesté la llamada antes de que se colgara

— ¿Te recojo en tu casa? — Me pregunta desde la otra línea.

— No, Josué me dejará cerca de la heladería en que quedamos. — Le informo.

— Está bien — con eso doy por finalizada nuestra llamada, cuelgo.

Necesito relajarme, aún me queda dos horas para llegar a la heladería, me meto al baño, estoy muy estresada, ya es la tercera vez que me doy un baño, y el problema no es las veces que lo he hecho, el problema es que las tres veces han sido por la misma situación, y para ser más exacta por la misma persona, metí mis pies en la gran bañera, el agua caliente me estremeció, me hundí por completo, quedé unos segundos por dentro del agua, por fin sentía como toda esa tensión se iba, como mis músculos se relajaban, y así pasé casi una hora en el baño.

(...)

— ¿Podemos pasar por la peluquería? Necesito algo muy importante. — y era muy urgente, claramente estábamos en el centro de la ciudad.

Josué asintió, en minutos estábamos estacionados en una peluquería, que tenía un mal aspecto a mi parecer, pero era la mejor opción si no quería llamar la atención, quite cada broche con miedo, tenía mucho tiempo que no hacía esto, cuando ya todos estuvieron sueltos la quite despacio, cuando ya estuvo suelta, mire a mi alrededor, Josué estaba viendo cada paso que daba, se veía la preocupación en su rostro pero no dijo nada.

— Espérame aquí, iré a hacer algo con esto — señalo mi cabello suelto — y con esto — señale mis ojos.

Eso pareció calmarlo un poco, salí a paso acelerado a la carretera, al entrar solo había una chica de turno, el lugar estaba solo, — ¿En qué puedo ayudarte?

— Quiero hacer algo con mi cabello.

— Algo en especial, algún peinado, pintarlo, planchar lo, secarlo.

— Necesito una peluca que se vea natural, y unos lentes de contacto marrones.

— Muy específica y muy especial. No vas a matar a nadie ¿Verdad? — Bromeó

— No nada de eso, solo no quiero que vean mi color de ojos y tampoco mi cabello.

— Entiendo. — hace una pausa — ven, sígueme puedo mostrarte varias pelucas, no me tardaré mucho en ponerlas.

La seguí, me mostró varias, desde rosas, hasta verdes, no me gustaron mucho, hasta que ví una que me llamó la atención: una plateada.

(...)

— Ya te mostré cómo quitarte lo, si tienes alguna duda o algo tienes mi número. — le regale una sonrisa mientras me miraba en el espejo, había hecho un trabajo más que impecable.

Reto de novios ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora