(18) Resiliencia

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Capítulo 18

Macay

- Quería estar hoy contigo para recuperar algo de tiempo perdido- menciona mi abuela, no estaba en un buen momento para discutir, así que solo asentí y me senté a comer.- Sé que estás molesta conmigo, pero también sé que entiendes mis razones para actuar como lo he hecho hasta ahora.

No tenía ganas de hablar así que solo me quedé en silencio.

- No sabes cuánto quisiera poder cambiar las cosas.

- Ya no puedes hacer nada, abuela.

- Quiero empezar desde cero contigo, Macay, y más aún en estos próximos días.-cerré los ojos tratando de ser tolerante- Sé que no quieres hablar de eso, pero sabes que hoy ya se cumplen tres años desde que fallecieron, y mañana será la ceremonia en honor a ellos como los años anteriores, - sabía de dicha ceremonia, también sabía que hoy ya habían pasado tres años desde aquel accidente - Quisiera que estés allí y des unas palabras en su honor, sé que es difícil para tí,- levanté la mirada y sus ojos estaban enrojecidos, - Pero ellos se las merecen, Macay; no has estado en ninguna de sus ceremonias y ya que estás aquí, en verdad deseo que nos acompañes.

Aclaré mi garganta tratando de encontrar mi voz- Sabes que lo que me pides es difícil, lo acabas de decir- le recordé viendo en sus ojos la lucha que tenía para aguantar las lágrimas.

- Nunca te has despedido de ellos, ellos lo merecen y tú también. Honralos con tu presencia y tus palabras.- me pide con mucha añoranza.

- Nunca he sido buena para las despedidas.- respondí con mi voz casi en un susurro.

- Eso lo sé, no lo tomes como una despedida, tómalo como un nuevo comienzo, uno que mereces - sin esperarlo tomo mi mano, vi que llevaba el brazalete que le di junto con mis padres, abrió su otro mano extendiendo me un dije, lo volteé, y era una palabra escrita.

Resiliencia

Sonreí aunque ella no pudiera verme, sentía las lágrimas a punto de salir al verlo porque conocía a la perfección el significado de dicha palabra- Un nuevo comienzo - murmuré y asintió - ¿Dónde será?

- Lo haremos en el cementerio donde sepultaron a tus padres.

- No prometo un discurso pero lo intentaré- sin esperarlo me abrazo, lo hizo volviendo a ser mi abuela, aquella mujer que era mi compañera en cada una de mis aventuras del pasado,

Era hora de despedirnos.

- Ese es mi regalo para tu cumpleaños adelantado, se que todavía falta una semana pero creí que era un buen momento para dártelo.

- Muchas gracias, abuela - necesitaba sanar, y ella era todo lo que me quedaba, ayer nos habíamos dicho cosas muy crueles la una a la otra, pero ambas compartíamos el dolor de una perdida muy grande, estaba muy arrepentida de todo lo que le dije.

(...)

Pase toda la mañana con mi abuela mostrándole la institución, - ¿Ese no es el hijo de Hera Cavalier? - preguntó ajustando sus gafas para reconocerlo con mayor nitidez.

- ¿Cómo lo recuerdas?

- Como olvidar que te rompió el corazón - me reí.

- Tu lo has dicho pasado, ahora tengo otras intenciones con otras personas.

- No creas que no me he dado cuenta de lo que haces, Macay, y tranquila no pienso discutir eso, solo te pido que tengas cuidado.- abrí los ojos como platos, no sabía que responder.

- Lo haré.

- Me tengo que ir, tengo una reunión con el CEO de la editorial, me divertí pasando la mañana juntas.

- Yo también abuela, espero poder repetirlo.

- Eso es más que seguro, mi niña, nos vemos por la noche.

Y sin más se fue, pude saltarme casi todas las clases del día pero aún me quedaban dos horas para poder irme, pasar la mañana con mi abuela fue reconfortante en este día.

Ya en clase intenté prestar atención a lo que la profesora estaba hablando pero en la hoja de mi libreta solo tenía tachones de lo que estaba preparando para mí discurso, y así pase las dos horas que restan de clase.

- La siguiente clase tendremos exámenes de lo que estudiamos hoy por favor practiquen mucho.

No había tomado apuntes de nada, y en esta clase estaba sola, - Estás pálida.

- No alcancé a tomar las notas del pizarrón, y no ayuda el hecho de que no escuché nada de lo que dijo la profesora hoy.

- Para esto y mucho más me tienes a mí,- lo miré confundida - Te daré mis notas y te daré una clase gratis.

No sabía que responderle, Zeus podía ser un idiota cuando quería pero también sabía que era mi única opción para no reprobar el examen- Macay es aquí donde me das las gracias.

- Te las daré cuando apruebe el examen. Me tengo que ir.- me levanté casi de un brinco.

- Vamos te llevo, así aprovecho y le doy las gracias a tu abuela por la invitación de esta noche.- me dijo como si estuviera hablando su alter ego.

- ¿De qué hablas? - pregunté curiosa.

- Tu abuela hará una cena en honor a tus padres antes de la ceremonia de mañana, pensé que lo sabías.

No me sorprendía en lo absoluto, mi abuela a veces hacía esto, todo sería de acuerdo a su humor, y al parecer solo saco de excusa la ceremonia de mis padres para hacerla. Mi única molestia era con que invitará a los Cavalier.

(...)

Estaba un poco cansada pero Zeus insistió en entrar a mi habitación, quería un minuto de paz pero el idiota se tomó el atrevimiento de creer que sería su íntima amiga.

- Sé que estás así por la ceremonia de tus padres, pero no sé porqué te veo más perdida en tu mente.

Necesitaba hablar con alguien, mis amigos estaban ocupados con visitas de sus padres, y debía respetar su espacio, - Iré a la ceremonia.

- Pensé que como los años anteriores no querrías ir.

- Cambie de opinión, necesito empezar desde cero, Z, pronto me iré de aquí, y quiero despedirme de mis padres primero.

- No pensé que te irías tan pronto.- la tristeza invadió si voz.

- Los recuerdos de este lugar van y vienen en diferentes ocasiones, siento que me cuesta respirar, y lo odio, solo esperaré hasta que me tenga que ir al campus.

Tomo mis manos y les dio un apretón, - Todo estará bien, te lo prometo

Reí de manera triste, porque él era parte de los motivos por los que me iría, no podía seguir confundiendo lo que siento por él. - Pensé que todo el dolor ya había pasado, pero me di cuenta que solo estaba ignorando mis emociones, y ya no quiero eso.

Sin esperarlo jalo mi brazo pegandome en su pecho, y nos tumbó juntos a la cama, hablar con él me hacía bien, pero no podía evitar sentirme mal al pensar en todo lo que le estoy haciendo, - ¿En qué momento dejé de odiar te con todo mi ser? ¿Acaso te has enamorado de mí?

- ¿Dejaste de odiarme? Pensé que teníamos una relación amor-odio de acuerdo a la situación, además ya sabes mis sentimientos por tí.

Me reí - Tienes razón, todavía sigo teniendo un poco de odio hacia tu persona, y te recuerdo que estás saliendo con alguien que te está haciendo feliz.

- Creo que no deberíamos arruinar este momento, no por ahora, - se puso tenso, y tenía razón no era el momento para arruinar esto- Mejor te ayudo a escribir tu discurso para la ceremonia, debería robarte un beso.

Reto de novios ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora