51: Un nuevo integrante

929 93 0
                                    


Un nuevo integrante.

—Amor, mira que lindo este cachorro, yo quiero uno— dije mostrándole una cuenta de adopciones de peluditos en Facebook

—Cuando mencioné el tema dijiste que no, ¿Qué te ha hecho cambiar de opinión?— respondió tomando mi celular.

—Lo sé, pero el tema me quedó sonando, además siento que ese cachorro le pondría una vibra diferente a nuestro hogar ¿Qué dices?—
Pregunté mirándola a los ojos

—¿Cómo podría decirte que no cuando me miras de esa manera? Escribamos para ir a recogerlo

Salté sobre ella dándole un beso de agradecimiento —Gracias mi vida, gracias, gracias, gracias—

— jaja amor, pero yo quiero ponerle el nombre, espero que no te moleste— dijo Cristina abrazándome

—Espero que no sea "Toby" porque todos los perros de la unidad se llaman así— sonreí mientras la miraba

—jaja tienes razón, hasta yo tuve un labrador que se llamaba Toby, cuando estaba niña— sonrió
—Estaba pensando en un nombre como Rolo, Ares, Morgan, algo así como con relación a la historia y la mitología ¿Qué opinas?—

—Estoy de acuerdo, estaba pensando en Zeus jaja, me encanta—


No podia creer que después de tanto tiempo sintiera una conexión tan fuerte con Cris, su pensar me ha atraído desde que nos empezamos a conocer, es una mujer tan indescifrable e impredecible... Dios... La amo.

Escribimos a la página y nos quedamos de encontrar con la chica del refugio en la Clínica Universitaria Bolivariana que queda cerca al Hospital Pablo Tobón aquí en Medellín, el próximo jueves a eso de la 1pm.
Nuestro cachorro estaba abandonado en un parqueadero en el barrio las Américas y aunque habían persona que al verlo en la calle lo alimentaban, habían otras que le tiraban agua para espantarlo de sus locales comerciales.

Thor (que fue el nombre que decidimos ponerle) era un cachorro de un mes y medio, negro con blanco y una particular heterocromía que iluminaba su mirada, era un gordito adorable.

Por protocolo nos lo entregaron firmando unos papeles y con el compromiso de un seguimiento, firmamos y nos subimos con Thor en la camioneta hacia lo que sería su nuevo hogar.

Tenía mucha energía, desde que llegó a la casa empezó a correr después de haber olfateado toda la sala, le dimos de comer, bebió agua y cayó rendido en un pesado sueño.

Cristina y yo solo podíamos mirarnos y reírnos después de semejante espectáculo, día 1 con Thor y ya nuestro hogar empezaba a ser transformado.

En la primera semana lo desparasitamos y le pusimos las vacunas que le hacían falta.
Aprendía rápido y crecía rápidamente, Cristina estaba motivada enseñándole a dar la pata y aunque a veces la daba todavía su energía de cachorro hacía que saliera corriendo ignorando las instrucciones que ella le daba.
Era muy tierno verla motivada, Thor fue como ese impulso para cambiar de rutina.

Enamorada de mi psicóloga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora