Enamorada de mi psicóloga.

Día 4: ¿Qué pasaría si?

Estaba en el bus de camino al centro médico y veía a través de la ventana, escuchando "A prophecy" de Asking Alexandria en mis diademas.
La mañana estaba fresca pero los molestos rayos del sol se filtraban por el vidrio.

Mientras observaba me perdía en mis pensamientos y solo podía pensar en mi psicóloga, dejando volar mi imaginación de repente llegó una pregunta a mi cabeza ¿qué pasaría si ella lo supiera? ¿qué pasaría si pasara algo entre nosotras? Cuando me di cuenta de lo profundo que sonaba eso me sentí más rara que de costumbre, pero antes de que pudiera "regañarme" por ilusionarme sola, me descubrí sonriendo y con esa típica cara de "estoy jodida" y bueno qué más da? Ella realmente me gusta.

Llegué y cumplí con la rutina y ya cumplida me senté a esperar.
Mientras me llamaban revisé mi teléfono y empecé a responder algunos mensajes en WhatsApp y a ver imagenes en Instagram, la verdad tenía un poco de miedo en dejarme perder en mis pensamientos por lo sucedido hace unos minutos.
¡Intento fallido! Cada frase cursi me la imaginaba con ella.
Definitivamente estaba en problemas.
Ahgg me estaba volviendo loca, ella no me podía ver así, me paré y fui al baño, me lavé la cara y le decía "relajate" al reflejo en el espejo.

Cuando iba saliendo escuché mi nombre y mis ojos se cerraron, sin perder tiempo me dirigí al pasillo y abrí la puerta.
Como siempre ella estaba ahí sentada, esta vez llevaba su cabello en una cola, su típica bata blanca y un pantalón negro, su mirada fija en mi aceleraba mis pulsaciones, definitivamente esta mujer me encantaba.

Tomé asiento y nos saludamos, su cálida voz me tranquilizaba y me hacía sentir mejor.

No sé pero a medida que avanzaba la consulta la notaba algo decaída, algo triste y bueno, fue inevitable no preguntar —¿estas bien?—.

Ella levantó su mirada del cuaderno y el brillo de sus ojos se había perdido, se tornaron oscuros e indescifrables.

—sí, solo que he tenido algunos problemas, pero nada importante— respondió.

La miré y obvio no le creí.

—No quiero meterme en tu vida personal, pero si no fuera algo importante no te hubieras "tensado" de esa forma— le dije.

Se enderezó y corrió su silla más hacia la mesa y unió sus manos.

—eso crees?— dijo con una mirada penetrante y con una sonrisa pícara.

Sinceramente no sabía cómo reaccionar ni que responder a eso, bajé la mirada y me quedé callada...

—¿Qué pasó? Esto de que me analizaras estaba interesante— dijo en tono juguetón.

¡Por dios! Sentía arder mis mejillas.

—Yo solo quería saber, de cierto modo me preocupas— le dije aún mirando hacia abajo. —Y yo solo estaba preguntando—.

—¿En serio solo eso?— agregó con ese mismo tono.

—¿Qué más podría ser?
En fin, ya que no me dirás ¿podríamos seguir?— pregunté cansada de que ella controlara la situación.

—si eso quieres—... término diciendo y continuamos con la consulta.

A partir de ese momento no fui capaz de verla a los ojos hasta el final de la consulta.
Me ofreció la mano para despedirse y buscó mis ojos para luego regalarme una sonrisa, y un "hasta luego" salió de su boca, y así finalizó aquel caos infernal.

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Gracias a quienes han seguido leyendo, a quienes han votado y a Abi, que comenta ^-^ en serio me alegra su participación.