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Estaba viendo el vídeo de mis padres cuando se casaron y me reía de lo patéticos que se veían, sonreían y cuando se besaban se veían tan enamorados y saber que ahora ese "amor" ya no está, me ponía a pensar en muchas cosas.
Eso del matrimonio me parecía un acto estúpido, la mayoría de matrimonios terminan en el divorcio y por mucho que se quieran en el noviazgo siempre pelean, es como la maldición del matrimonio y ahg sinceramente nunca me ha gustado eso.
Pérdida en mis pensamientos me imaginé casando con Cristina, se ve hermosa con su vestido blanco, estábamos juntas y...

Espera ¿qué estoy pensando?

Me regañe por estar pensando barbaridades pero la sensación que recorría mi ser era tan plena que el regañarme sobraba.

-Má, qué sentías en ese momento?- le pregunté con seriedad.

-¿Para qué quieres saberlo? Siguete riendo...- dijo mostrando desinterés.

-Má, es en serio, solo que no me cabe en la cabeza cómo uno se puede casar, es decir ¿qué lo impulsa a uno a hacerlo?-

-La bobada...
Tú sientes que ese amor te va a durar toda la vida y cuentas con el amor de la otra persona, pero uno nunca termina de conocer a nadie, ni viviendo con él-

Mi madre hablaba de una manera tan firme que hacía que entendiera lo que me estaba diciendo.

Terminé de ver el vídeo y me organicé, eran las 3pm y Cris vendría por mi así que debía organizarme.

Cris había quedado de pasar por mi a las 5:30pm que terminara jornada, eran las 5:00pm y yo estaba en el balcón consumida por la ansiedad.

Mi madre me miraba y se burlaba por mi actitud, creo que me veo patética, pero no puedo evitarlo, esa mujer me vuelve loca.

A las 5:25pm vi su auto y fui a despedirme de mi madre y a saludar a Cris.

-Hola preciosa ¿cómo vas?- dijo sonriendo.

-Muy bien Cris, un poco ansiosa pero muy bien- dije acariciando su pierna.

-Que rico Eli, vamos ya?-dijo bajando unos lentes oscuros que llevaba puestos sobre su cabeza.

-Vamos- Sonreí.

-Oye Cris, puedo hacerte una pregunta? Dije con seriedad.

-Claro, dime- dijo sin quitar los ojos de la vía.

-¿Se te perdió la playa? ¿Qué onda con esos lentes? Jaja- reí.

-¿Acaso no te gustan? Pienso que me veo misteriosa- dijo bajándolos un poco dejando ver sus ojos.

-Pues, no están mal, pero misteriosa no te ves- agregué.

-Prometo quitarmelos cuando lleguemos a casa- dijo haciendo pucheros.

Por favor no hagas eso.

-Por favor - dije mirando hacia la ventana.

-llegamos- dijo Cris mientras el auto se detenía.

Me bajé del auto y caminé junto a ella, Cris sacó unas llaves de su bolsillo y abrió la puerta de una de las casas.

-Pasa, bienvenida a mi casa- dijo invitándome a pasar.

Su casa era grande, por lo menos lo era para vivir ella sola.
Subimos las escalas y estaba la sala y su habitación estaba al fondo.

-Ven, no te quedes ahí- dijo mientras caminaba por el pasillo.

Su habitación tenía un árbol con hojas rosadas dibujado y eso me llamó mucho la atención.

-Ven, acompañame a hacer algo que debo enviar y ya soy toda tuya después- dijo con esa mirada picara.

Enamorada de mi psicóloga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora