Día 5: La pacientezone (?

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Me levanté después de aquel sueño (no quiero mencionar nada al respecto), me organicé y fui a coger el bus.

Ya estaba de camino al centro médico y solo pasaban aquellas escenas por mi cabeza -¿cómo se pudo sentir tan real?- dije para mis adentros, tocaba mis labios a medida que avanzaban mis pensamientos.

Miré por la ventana y noté que ya debía bajarme, bajé y entré.
Estando allí solo tenía la necesidad de saber qué opinaría ella sobre todo esto.
Mientras me llamaban me debatía sobre contarle o no. Escuché mi nombre y empecé a caminar lentamente por el pasillo como si no quisiera llegar, abrí la puerta y ella estaba ahí esperándome, traté de no hacer contacto visual pero sus hermosos y radiantes ojos pedían a gritos que los mirase.
-Hola Eli, cómo vamos?- dijo animadamente.

-bien, vamos bien- respondí intentando sonreír.

—Bueno, empecemos— dijo mientras miraba la pantalla del computador.

-Emm debo decirte algo- le dije aún dudando de si decirle o no.

Fijó su mirada en mi como sabiendo que era importante, mis pulsaciones y mi respiración se aceleraron, respiré profundo y empecé a hablar.
—Creo que me gusta alguien y estoy muy confundida, sueño con ella y me emociono mucho cuando la voy a ver y ahhgg en serio me estoy volviendo loca— me crucé de brazos y me recosté en la silla.

-Mmm entiendo, y ella te corresponde, te insinúa cosas o algo así?- preguntó.

—Pues es complicado... *respire profundo* esa mujer es mi psicóloga—.

Su rostro no mostró alguna emoción o reacción, solo se recostó en su silla en silencio como analizando lo que había acabado de confesar.

—Es algo muy normal, solo debes saber manejar esos sentimientos y saber que no puedo corresponderte porque soy tu psicóloga y soy muy profesional en mi trabajo— dijo rompiendo el silencio.

Más que dolor o algo así sentí fue rabia de que esto me estuviera pasando ¿por qué ella, mi psicóloga me tenía qué gustar? Seguía en silencio y con mi mirada en el suelo.

—Recuerda que debes seguir viniendo a las consultas y esto no cambia nada, todo depende de ti— dijo sonriendo.

—Ajam claro que seguiré viniendo, igual tampoco esperaba a que pasara algo más— respondí casi escupiendo mis palabras.

Para mi suerte el tiempo de la consulta había terminado, tomé mis cosas, me despedí y ella me ofreció su mano en señal de despedida, y aunque dudé en dársela se la di y salí de allí.

Solo quería olvidar lo sucedido, a caso qué era esto? Una pacientezone (?

Enamorada de mi psicóloga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora