Estábamos terminando de grabar el video de Candy y mi hijo tenía a todo el personal colgando de su pequeño dedito, les daba risas y miradas coquetas a todos los miembros del staff y había pasado de brazo en brazo, siendo el centro de atención.
Cuando nos tocó grabar la parte de los alimentos sufrí, a diferencia del embarazo de Alexander, esté me tenía constantemente con nauseas y al borde del vómito, no soportaba los aromas intensos y algunas comidas de plano me daban asco.
Las manos de Mew en mis caderas, me hicieron sonreír - ¿Te sientes mejor?, dijo colocando su cabeza en mi hombro y hablándome en susurros - ¿Te hicieron bien las gotitas?
-Me siento mejor, pero te juro que tu hijo, me va a matar antes de cumplir los cinco meses, dije de forma dramática, cuando mi pequeño empezó a hacer viejitos y estirarme sus manos, me solté de mi marido y fui a por él, con todo el amor del mundo lo cargué y comencé a besar su carita, haciendo que se riera y me devolviera los besos.
-No hagas fuerza bebé, siéntate con nuestro campeón, dijo Mew llevándome al sillón y sentándose a mi lado -Alexander no es liviano y tu estás en los tres meses, debes cuidarte.
-Lo sé amor, pero sabes que tu hijo, ama los brazos de mami, ¿verdad?, dije viendo como pegaba su cara en mi pecho y suavecito me decía mami.
Yo pensé que había sido enormemente feliz en mi vida, pero nada se comparó, con la apabullante alegría que sentí, cuando mi hermoso bebé, mi pedazo de cielo y sol personal, me había llamado con dulzura mami, ese momento sin lugar a dudas, se había grabado a fuego en mi pecho, cuando sentí la mano del pequeño, meterse dentro de mi polerón sonreí -Bester, iré al camarín a amamantar a Alexander, apenas termine volveré, dije colocándome de pie y yendo a un lugar más intimo y privado, momento que obviamente no viviría solo, por que como una lapa gigante, Mew se pegó a mi espalda y me siguió, sin lugar a dudas, tenía a una mini lapa y a la lapa mayor, viviendo conmigo.
Cuando estaba cómodo en el camarín, saqué mi polerón y acerqué a mi niño a mi pecho, si bien ya no mamaba tanto como antes, mínimo una vez al día, lo dejaba tomar leche, el pediatra me había dicho que no le hacía mal, menos ahora que como estaba embarazado nuevamente, lo que antes era suero materno, se había convertido en leche, de pronto sentí una dureza extraña en la encía de mi pequeño, con curiosidad lo despegué de mi pecho y revisé su boquita.
-Mira Mew, dije sintiendo ganas de llorar de la emoción, cuando vi su encía un poco inflamada y rojita -Le está saliendo, su primer diente.
El castaño se acercó y revisó al pequeño, que ya estaba molesto porque lo habíamos alejado de su pecho, así que, ignorándonos olímpicamente, se volvió a pegar a mí y comenzó a comer de nuevo, Mew sacó su teléfono y se puso a buscar información -Debemos comprar mordedores de gel frío, para que no le duelan ni molesten sus encías, dijo mostrándome unas fotos -También puede darle fiebre y estar mañoso.
-No puedo creer lo grande que está, dije mirando con orgullo el perfil adormilado de mi hijo -Parece que sólo ayer, era un pequeño que valientemente peleaba en su incubadora.
-Es magnifico, dijo Mew sentándose tras de mí y pegando mi espalda a su pecho -Alexander es el niño más maravilloso que he visto, es valiente, luchador y muy hermoso, igual a ti.
-No seas mentiroso Suppasit, el pequeño es idéntico a ti, ni siquiera mi color de pelo o de ojos sacó, dije viendo como el pequeño, agarraba el dedo índice de Mew, en su puño, mientras se quedaba dormido -Soy tan feliz.
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No todo es tan sencillo
FanfictionMew y Gulf llevan un tiempo de casados, después de haber vencido varios obstáculos para poder lograrlo, descubren que no todo es como pensaban y que no tienen la felicidad asegurada, en medio de su vida marital, se dan cuenta que la vida no es como...