Fin

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Estaba nervioso, ansioso y empezando a hiperventilar, mi madre me acomodó la corbata y tocó mis hombros -Cambia esa cara, parece que vas a un matadero, dijo ella con una brillante sonrisa.

-Estoy nervioso Ma, dije suspirando y mirando mi teléfono, estaba esperando una llamada, sabía que apenas la recibiera, todo iba a encontrar su cauce, y a ordenarse dentro de mi, de pronto la llamada esperada llegó y contesté con rapidez, con una sonrisa vi a mis niños sentados frente a la cámara.

-Papi!!!!, dijeron los dos al mismo momento, con amor les lancé un beso, mientras veía como ambos se acomodaban mejor, para quedar en el plano de su cámara.

- ¿Cómo están mis campeones?, dije viendo como me mostraban sus dientes y hablaban al mismo tiempo, cuando se calmaron, llegaron a la conclusión de que estaban bien, hoy con 6 años mi pequeño Alexander, era un niño brillante, sociable y muy tierno, cada día se parecía más a mi físicamente, aunque si era honesto, en personalidad también, se parecía mucho, por otro lado, mi pequeño Tian de casi cinco años, era físicamente parecido a mí, pero con la personalidad de Gulf, era mas tímido, callado y menos sociable, sin embargo, era el niño más dulce que pisaba la tierra - ¿Dónde está mami?

-En el baño con Khali, dijo Alexander, haciendo un puchero con sus labios -Mami, papi ya está en el teléfono.

-Voy bebé, gritó desde algún lugar de la casa, a los minutos, llegó mi moreno con nuestro pequeño de un año y medio, habíamos buscado tanto la niñita, pero no llegaba, así que Gulf dijo que la fábrica se había cerrado, sin embargo, yo aun no perdía la fe, sabía que si le pedía otro bebé, era posible que mi marido no se negara, al menos no de manera rotunda.

-Te ves divino amor, dijo sentándose entre los niños y apegándolos a su cuerpo, como una mama gallina - ¿Estás nervioso?

-Un poco, dije viendo a mi pequeño, que con sus ojos rojitos y pálido, se escondía en el pecho de Gulf, buscando su protección y calor - ¿Cómo está nuestro bebé?

-La infección no cesa amor, pero al menos hoy vómito menos, dijo acariciando los cabellos negros de nuestro hijo, que era el único que se parecía físicamente a Gulf, pero tenía mi color de piel y de ojos -Mira Khali, papá está en el teléfono.

El pequeño con curiosidad, sacó su cabeza del pecho de mi moreno y miró la cámara, donde yo le hacía caras para que se riera y le mandaba un beso -Hola campeón, ¿Cómo está esa pancita?

-Me duele papi, dijo con sus ojitos llorosos, odiaba verlo enfermo y estar tan lejos, no debería haber venido, no cuando el estaba delicado de salud, llevaba días con una infección estomacal, la cual había ameritado que se le hicieran exámenes mas profundos, no era normal que llevará tantos días mal.

-Papá llegará pronto y le dará unos besos a esa pancita de leche de coco y el dolor pasará, dije viendo como refregaba sus ojitos, para no llorar y sintiéndome horriblemente culpable -No llores amor.

-No pienses tonteras Suppasit, tenías que estar ahí, tu pequeño estará bien, ahora se tomará los medicamentos y dormirá tranquilo, dijo mi moreno con una sonrisa, era increíble como siempre sabía lo que pensaba -Debes salir ahí y comerte el mundo amor, te mereces cada cosa de lo que pase hoy.

-Gracias bebé, dije sintiendo ganas de llorar -Te amo mucho, los amo a todos.

-Despídanse de papi, ya tiene que encaminarse al evento, dijo mirando a los niños, que con hermosas sonrisas, me enviaban besos y con sus manitos se despedían de mí.

No todo es tan sencilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora