Ainoah Sellers, mejor conocida como el bicho raro del instituto. Usa ropa ancha, una talla o dos más grande que ella, es tímida y su círculo de amigos lo puede contar con los dedos... Y aun así le sobran dedos. Tiene una voz diminuta que le habla de...
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— No vas salir de este lugar hasta que te sientas bien – Amenaza mi abuela cubriendome con las mantas.
— Pero–
— Pero nada – Me interrumpe – Tú padre está de acuerdo conmigo ¿Verdad?
La forma en la que mi abuela gira la cabeza para mirar a mi padre es como ver el exorcista en 3D. Mi padre está en la puerta de la habitación mirándome con los brazos cruzados, parece preocupado por mi pero se que espera que continúe con los exámenes.
— Si, claro que sí – Asiente rápidamente.
— Iré a ver que dice el doctor.
Mi abuela me sonríe y besa mi frente antes de salir de la habitación. De seguro lo único que tengo es un virus que me provoca vomitar y sentirme tan mal.
De seguro fue Bonnie quien te lo pego, como estaban compartiendo saliva.
Mi padre se mantiene en la puerta mirándome. No hemos podido hablar en unos días, siempre está ocupado y, yo quiero preguntarle que es lo que sucede entre la madre de Morgan y él, que es lo que me he estado perdiendo los últimos meses en relación a su vida amorosa. ¿Acaso era ella la mujer con la que hablaba en la sala hace unos meses? De seguro que si.
Se acerca hasta la cama y se sienta a mi lado tocando mi pierna.
— ¿Segura que estas bien? – Murmura.
— Si papá, estoy bien – Coloco mi mano sobre la suya.
— Es que tu no eres de enfermarte.
Y tiene razón, puedo decir que mi sistema inmunologico es muy bueno, incluso he llegado a comer tierra y no me he enfermado, de hecho han sido pocas veces.
— Estoy bien, papá, lo prometo. Solo a de ser porque no dormí o algo así – Me encojo de hombros.
La puerta se abre y Noah entra hecho un manojo de nervios hasta mi lado, ignora a mi padre y pasa su mano por mi frente y por mi cuello en busca de signos de fiebre.
— Noah – Murmuró tratando de apartarme.
— ¡No! ¡No te muevas! – Chilla regrresandome a mi lugar inicial.
— Noah, para – Le pido.
— Iré con tu abuela – Me dice mi padre palmeando mi pierna antes de irse.
Noah rodea la cama y se sienta justo donde mi padre estaba. Se nota que esta preocupado por mi pero yo me siento bien, al menos ya lo estoy.
— ¿Como te sientes? – Murmura.
Alzó mi pulgar en su dirección y me sonríe. Yo me siento bien, después de haber vomitado hasta lo último que había en mi estómago me sentí mejor. Lo malo es que hice un papelón en todo el instituto y ni hablar de Noah que estaba histérico diciendo que debían llevarme a un hospital, tanto insistió que mi abuela estuvo de acuerdo y aquí estoy.
