¿Pero que cosa es esta?— ¡Marget, trae la escopeta! – Le grito levantándome del taburete.
Azul se golpea la frente con la mano. Si, soy estúpida pero así he nacido y así voy a morir. No hay nada que hacer al respecto. Me inclino hacia el aparato y lo miró con atención. No debería de sorprenderme, la tecnología a avanzado tanto que ya hasta existen cositas que hacen tus cosas por ti. Lo tomo entre mis manos y lo miró con atención.
— ¿Y tu que carajo eres?
— ¡Ainoah! – Me regaña Azul.
Alzó una de mis manos finjiendo inocencia. Noah aparece detrás de mí, apoya su mentón en mi hombro y mira el aparato en mis manos.
— ¿Y eso que es? – Pregunta.
— No se que carajo es pero habla, mira.
Me quedo callada a la espera de que hable pero Azul interrumpe el silencio golpeandome en la cabeza con una cuchara de plástico. Chillo y dejó a EMUI sobre la mesa para llevarme las manos a la cabeza.
— ¡Oye! – Me quejo.
— Nada de palabrotas, Ainoah Sellers – Me amenaza con la cuchara.
Hago un puchero, aplicó la vieja confiable de la manipulación y Azul entrecierra sus ojos al mirarme luchando entre disculparse o mantener una postura de autoridad ante mi. La quiero un montón y me gusta molestarla, ella es parte de esta familia y es como mi segunda madre. Le sonrio de oreja a oreja y tomó a EMUI entre mis manos.
Tomó la mano de Noah y este entrelaza sus dedos con los míos, tan adorables como cuando éramos niños y nos colocabamos la ropa de nuestros padres.
Eran tan tiernos.
Subimos las escaleras, Noah viene detrás de mí sin soltar mi mano y yo mantengo la vista en EMUI.
— ¿Te he dicho que tienes un trasero muy bonito?
Por poco me detengo en seco, el rubor se instala en mis mejillas y trago saliva finjiendo que no me a tomado por sorpresa lo que a dicho. Giro hacia el, me detengo un monto y lo miró con una ceja alzada, haciendo una mueca con mi boca como aquel emoji candente.
— ¿Me estas coqueteando?
— Uff, obvio, estoy que te secuestro – Se muerde el labio.
Emito una carcajada y Noah se une riendo conmigo en medio de las escaleras. Creo que es con la única persona con la que tengo esa confianza. Subimos las escaleras, yo corro mientras Noah trata de tocarme el trasero con sus manos, chillo cuando me pellizca y me dejó caer en la cama para que deje de pellizcarme.
Noah se deja caer junto a mi. Por la hora que es comienzo a sospechar que el idiota se quedara a dormir aquí, no tengo problema con ello, no sería la primera vez.
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Virtual (+18) ©
Dla nastolatkówAinoah Sellers, mejor conocida como el bicho raro del instituto. Usa ropa ancha, una talla o dos más grande que ella, es tímida y su círculo de amigos lo puede contar con los dedos... Y aun así le sobran dedos. Tiene una voz diminuta que le habla de...