— Papá – Lo llamó mientras camino detrás de él, o al menos hago el intento.
Se mueve demasiado rápido y mis piernas no ayudan. Maldigo entre dientes por mi estatura, si tan solo fuera de la altura de mis primas sería muy bueno, así podría alcanzar a mi padre
Pero no, te toco ser un minion.
Da zancadas y tiene los puños apretados, sus nudillos se han tornado de un color blanco que me da mala espina. Nunca lo vi así de molesto, ni siquiera cuando le sople purpurina a un compañero en los ojos
Se lo merecía, él te lanzó una bolita de chicle seca.
Hasta el sol de hoy aborrezco a ese chico, a veces me lo encuentro pero no me digo nada ni él a mi. Nos odiamos en silencio.
— Papá ¿puedes parar?–
Se detiene en seco y yo chocó contra su espalda. Me hago hacia atrás apartandome el cabello y aferrando mis manos a mi bolso antes de que se me caiga. Se gira hacia mi, apretando la mandíbula y con una vena en su frente. Entonces pienso que quizá le va a dar un paro cardíaco.
Es que esta muy viejito.
— ¿De dónde lo conoces, Ainoah? – Masculla.
Frunzo el ceño, nada de esto me parece bien, mucho menos el hecho de que mi padre conozca a Axel, por el amor a Cristo es algo ilógico.
— Es el hermano de Morgan, una de mis amigas.
Un estruendo me hace alzar la mirada al cielo, este mismo comienza a pintarse de gris.
— No quiero que te acerques a él.
— ¿Que? – Mi voz es un chillido ridículo.
— Me haz escuchado.
Parpadeo, proceso sus palabras tan lento como puedo, o como Doris. Él no puede decirme eso, no puede pedirme que me aleje de alguien solo porque a él no le agrada esa persona.
— ¿Conoces a Axel? – Es mi turno de preguntar –. ¿Por qué tengo que alejarme de él?
— ¡Porque yo lo digo!
Ay, por el amor a Dios, esa palabra está más gastada que una canción de los ochenta.
— Dime que esta pasando – Me cruzó de brazos.
En las películas y en los libros las cosas son al contrario. A veces es tu mejor amigo el que te dice que debes de alejarte de él chico porque es malo. Y pocas veces son tus padres, o mejor dicho tu madre. En mi caso es mi padre, quien tiene un misterio monumental.
Llamemos al Sherllock Holmes.
Coloca sus manos en mis hombros y me mira con demasiada seriedad. Me siento como una tonta, que tengo cara de foca de pronto.
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Virtual (+18) ©
Teen FictionAinoah Sellers, mejor conocida como el bicho raro del instituto. Usa ropa ancha, una talla o dos más grande que ella, es tímida y su círculo de amigos lo puede contar con los dedos... Y aun así le sobran dedos. Tiene una voz diminuta que le habla de...