TREINTA Y CINCO

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Quiero volver a la habitación y refugiarme debajo de las sabanas pero luego recuerdo que esta no es mi casa y que ya es muy tarde para ignorar lo que esta pasando

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Quiero volver a la habitación y refugiarme debajo de las sabanas pero luego recuerdo que esta no es mi casa y que ya es muy tarde para ignorar lo que esta pasando. Axel mira a su hermana con una ceja alzada y yo solo quiero darme media vuelta o golpear a Noah con el sarten qué hay sobre la estufa.

— ¿Que hay de que? – Le dice Axel cruzandose de brazos – Entre Noah y yo no hay nada.

Una punzada me atraviesa el pecho y me veo en la obligación se tragar el sabor amargo que siento en la boca. Dolio, y ahora duele más teniendo en cuenta de la situación por la que estoy pasando.

— ¿Crees que soy idiota? Ya no tengo diez años, Axel, no puedes mentirme – Lo encara dando un paso hacia él.

— No te estoy mintiendo.

Noah gruñe al otro lado de la cocina y lo fulmino con la mirada antes de que hable, no quiero que diga nada más, no quiero que arruine más las cosas.

— ¡¿Como pudiste?! – Le grita y luego me mira haciendome sentir peor – ¡Es mi mejor amiga! ¿Que hay de Bonnie? 

Dios mio si tan solo supiera que Bonnie esta enterada de todo e incluso fue parte de este caos que hemos formado, o al menos yo. Gira hacia mi y me mira de arriba abajo como si me desconociera, yo me desconozco a mi misma.

— Tú ¿como pudiste? Es mi hermano–

— ¡Cierra la boca, Morgan! – Grita Axel y Noah salta protegiendo a Morgan – ¡Noah no es nada para mi, solo es un polvo y ya!

Los tres me miran cuando no digo nada, me doy cuenta de que estoy apretando los labios y me estoy esforzando en no llorar, en no derrumbarme ante el recuerdo de él bajo la lluvia diciendo que me quería. ¿Que era lo que esperaba? ¿Que me bajara la luna y las estrellas?

Por dios, estamos hablando de Axel Haider, un idiota con aires de grandeza que cree que las mujeres estan para complacerlo y yo soy una de ellas, que sigue lo que me dice. Ahora, cuando ya es tarde, me arrepiento de haberle hecho caso esa noche en El Infierno, debi haberme levantado y largado sin importarme si revelaba quien era o no.

— Él tiene razón, Morgan – La miró – No hay nada.

— Ainoah, pero si–

— Callate de una buena vez, Noah – Siseo.

Jamas he tratado a Noah mal, es mi mejor amigo pero es él quien me metió en este lio, fue él el que abrio la boca y hubiera preferido jamas haber escuchado esas palabras de Axel.

— Deberia de irme – Murmura Axel tomando las llaves que hay sobre la isla de la cocina.

— ¡No! No te iras hasta que me expliques como empezó todo esto – Exige Morgan tirando de su brazo.

¿Por que tiene que pasar esto ahora?

— ¿En serio, Morgan?

Siento que va a darme algo en cualquier momento si Axel abre la boca y suelta todo lo que estuvo pasando los ultimos meses. Alza una ceja y Noah lo mata con la mirada.

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