Prólogo

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—Son 40 dólares por favor—dijo la señorita de la tienda terrestre donde me encuentro comprando una camisa bastante sexi.

Hoy es mi cumpleaños,18 cumplo,no tengo amigos aquí pero lo celebraré solo en algún bar,ya tengo la edad legal para beber,eso debo celebrarlo aunque sea solo porque 18 no se cumplen todos los días a parte que nací solo,no necesito compañía para nada.

Pago los 40 dolares los cuales omitiré de donde salieron y me voy por la puerta con la camisa color vino que compré para hoy y que por mi color de piel me queda bastante bien.

Camino hasta un callejón que conozco y se que por ahí no pasa nadie,tengo completamente fichada esta ciudad podría ser guía turístico.

Llego al callejón y luego de mirar que no hay nadie por ningún lado pues me vuelvo invisible y subo al cielo.

Si,lo se,se que sonó como si fuera un niño loco pero es la realidad,soy Cupido,vivo en el cielo,vuelo,me vuelvo invisible,es mejor que se vayan haciendo la idea porque es la realidad.

Llego arriba y comienzo a caminar a casa mientras veo a Cupidos y Ángeles caminar de un lado a otro,son las 2 de la tarde,horario movido,encima falta un mes para San Valentín así que con más razón hay mucho movimiento.

Llego a casa ,abro la puerta mirando hacia abajo distraído mientras tarareo una canción que escuché en la tienda de la tierra,en cuanto cierro la puerta y miro hacia arriba me pego un susto enorme.

Ahí esta mi madre parada con mala cara mirándome con gesto impaciente.

—Joder,mamá que susto me haz pegado—le digo colocando mi mano en el pecho tratando de pasarme el susto.

—Se puede saber donde estabas Louis ¿Por qué siempre sales y no me avisas a donde vas?—dijo con el clásico tono De madre enojada que no creo que haga falta que explique porque todos conocemos.

—Bajé a comprarme una camisa,quiero celebrar mi cumpleaños allí abajo,cumplo 18 y creo que lo merezco —respondo y luego voy a por una galleta que hay en la cocina.

—¿De donde sacaste el dinero para comprar algo en la tierra?—pregunta aún más enojada.

—Mamá,no me hagas esas preguntas,por favor

Sinceramente es por su bien,la respuesta nunca le gusta,siempre la conoce y siempre me dice lo mismo "Te he dicho que dejes de robar Louis,no está bien y no pienso permitir que mi hijo haga esas cosas"

—Te he dicho que dejes de robar Louis,no pienso permitir que mi hijo haga esas cosas,sabes que no está bien—dijo perdiendo completamente la poca paciencia que le quedaba de su suministro.

Bueno,relativamente esta vez no dijo lo mismo,cambió el orden.

—Mamá,ya lo se,dejame relajarme por hoy,ya no lo vuelvo a hacer pero hoy me merezco felicidad completa—digo mientras me siento y me pongo cómodo.

—Solo quiero que recuerdes que no puedes pegarte la fiesta de tu vida,falta un mes para San Valentín,todos ya están trabajando,debes comenzar pronto.

Los Cupidos trabajamos todo el año pero en San Valentín se amontonan muchísimos trabajos ya que hay miles de personas que no tienen pareja y el objetivo es que por lo menos consigan una cita para San Valentín,no siempre lo conseguimos pero es lo que intentamos y lo que nos toca.

—Tranquila mamá,lo tengo todo bajo control—digo con el tono más relajado que tengo,conozco a mi madre y se que si me nota relajado confiará en mi y me dejará de insistir,después de todo soy su hijo y sabe que aunque me demore un poco siempre tarde o temprano terminaré haciendo lo que debo.

Fleché a Cupido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora