JUGUEMOS CORAZON.

Hermanos III

Estamos en el aeropuerto para tomar el avión, padre insistió en mandarnos en su avión privado, no me molesta a decir verdad, eso significa llevar todas mis maletas sin problemas. Pero también llevamos al séquito que mi padre nos obliga, un chef, un chófer y sus seis mejores guardaespaldas.

Princesa ¿cómo te sientes?- Dai no se ha separado de mí desde ayer, se que tiene miedo, fue el el que vio mi último ataque y aún le da miedo lo que puedo llegar a hacer.

Bien-le digo con una sonrisa-¿donde esta Ler?.

Adivina- me respondió poniendo los ojos en blanco.

Comprando chucherías-le digo chasqueando los dedos.

Acertaste-me dice el haciendo lo mismo.

Bien que comerán de ellas- nos interrumpe Ler cargando varias bolsas.

Por eso te quiero tanto-le digo quitándole una.

Veo solo papas naturales, bebidas energéticas, barritas nutritivas y unas gomas que odio por ser demasiado dulces, lo miro con decepción y el contiene la risa de idiota que quiere escaparsele.

Estas son tuyas-le digo devolviendola.

Pues si, esa es mia-me dice sin agarrarla.

Dai mira las bolsas y toma una llena de papas picantes y de limón, chocolates y gomitas.

Esta luce ser las tuya-me dice dandomela.

Por eso te quiero a ti-le digo tomándola y presionando en botón del ascensor para poder salir de la sala de embarque.

¿Me pueden decir por qué estamos en la sala de embarque si nuestro vuelo es privado?- dice Dai quitandole una bolsa llena de botellas a Ler.

Por que la "belleza" que tenemos de hermana quería comprar mil cosas- le dice Ler mirándome con rostro serio.

Y me alegra-les digo entrando al ascensor, luego entran ellos y veo que trajo alcohol, clásico de el, se que lo primero que haremos al llegar es una fiesta.

Se ve que celebraremos vernos de nuevo- digo mientras el ascensor se cierra.

Ahy pequeña-dice Ler-no vivo más de dos días contigo desde hace tres años.

Y yo desde hace cuatro- dice Dai.

Bueno si-me giro a verlos- una casa, cero reglas y tres adolescentes. Mundo atente a lo que has provocado.

Mis hermanos ríen, pero mi pecho se contrae de repente, se que mi padre tiene miedo de que haga algo tonto, se que ellos quieren que curen las heridas de mi pasado, esa casa es un mal recuerdo y ellos quieren que yo cure mentalmente lo que me sucedió. Espero lograr olvidar todo, espero tener una vida feliz.

Ame- mi hermano me sacude del hombro y es cuando me doy cuenta que me perdí en mis pensamientos, el ascensor termino de bajar y deberíamos salir al área privada del aeropuerto.

Lo siento-les digo mientras salgo del ascensor.

Pequeña ¿estás bien?- Ler tiene el ceño algo fruncido y se que Dai debe estar igual o más preocupado.

Si tranquilos, estoy bien(eso espero sinceramente), vamos que nos deja el avion-termino de decirles en tono burlón.

Subimos y cada uno se sienta donde le da la gana, yo escojí una al lado de una ventana, amo las ventanas de los aviones, ver las nubes me ayuda a recordar que por mucho que estemos encerrados hay un cielo infinito que podemos mirar y el que nos mira y nos da la confianza.

Ame-guro la cabeza y encuentro a Dai de pie frente a mi.

Dime Dai-le digo quitandome los audífonos.

No tienes que hacer esto-me dice algo preocupado.