Narra Matt
Las escenas aquel día eran demasiado desgarradoras, una madre llorando a un hijo es de las escenas más tristes que había visto, pero 13 madres llorando hijos e hijas era peor, la iglesia aquel día estaba a rebosar mientras los ataúdes estaban todos en fila para que los dolientes se despidieran, el calor sofocante había provocado aquella escena extraña de demasíados cuerpos en el supuesto lugar santo, de esperar un día más a una misa individual se pudririan, mis prendas oscuras eran como todos, la marca de el duelo, los vestidos oscuros, los llantos de niños y ancianos, de todos, en una agonía inaudita, el accidente había sido tan rápido, un par más de mujeres habían muerto tras unos disparos causados por la conmoción, el fuego había demorado demasiado en extinguirse, los jóvenes se habían marchado custodiados por que supuestamente podrían salir heridos...
Su sonrisa, aún no la borro de mi mente, dormí toda la noche con esa sonrisa grabada en mi mente, en como era feliz en el desastre ...
Un par de campanadas anuncio que iniciarían el servicio religioso y todos buscaron sus asientos, estaba presente solo por respeto, había muerto una de las victimas en mis brazos, me sentía fatal, tras una persinacion marcando una cruz en mi pecho el sacerdote inicio a hablar lo que todos querían oír, aún así mi mente apenas soportaba lo que el hombre decía, sus palabras parecían querer herir más a los dolientes al decirles que Dios se había llevado a sus familiares, pero callè, por qué eso hace una buena persona, en medio de el silencio, las lágrimas y los murmullos el sonido de zapatos de tacón resonó en el pulido suelo de la iglesia, acercándose con valor miéntras sus hermanos le abrían espacio, ellos iban vestidos de negro luto, pero los hacia ver más como un oscuro peligro, ella también de ese negro que denigra el alma, que marca la tristeza, en un tono oscuro y neutro, un negro tan oscuro como la noche anterior donde había escuchado risas de la casa de el lado, sus tacones con la parte de abajo tan rojos como sus labios, un par de minutos en donde hasta el sacerdote guardo silencio, minutos eternos que me dejaron estupefacto cuando ella se acercó a los ataúdes rozando sus dedos enguantados por la madera de tonos sobrios, antes de sentarse en soledad con sus hermanos, en donde guardias rodearon la iglesia manteniendo un perímetro seguro y ella con el velo oscuro puesto sobre su cabeza empezó a rezar junto a todos los demás, agonizantes minutos donde la vi fingir el dolor, en donde no hubo ni una lágrima, en donde se puso de pie ayudando a mujeres a llorar, a desahogarse, en donde en horas solo vi una mirada de ella hacía mi, una tan seria que hubiera deseado ser uno de los muertos para no volver a sentir lo helado de sus ojos.
La ceremonia fúnebre por fin termino, una que sentí como la eternidad, hasta los muertos debió haberle parecido más corta que a mí, al salir de allí respiraba inhalando profundo, mi corazón contra las costillas y mis manos temblando, no por ella, por los recuerdos que avasallaban mi memoria, recuerdos tan asidos a mi mente que dolía en mi ser, mientras respiraba la vi salir de allí acompañada de los dos sujetos, mientras los escoltas y guardias la rodeaban en un cerco protector, el sol golpeaba contra el negro de las telas casi fundiéndose y desapareciendo toda luz. Ni una mirada me dio mientras yo la fundía con mis ojos y ella sonreía bajo la máscara de pesar fingido.
Eres un doliente? -la voz serena y algo anciana pregunto a mi lado, al instante me gire observando a una mujer que rondaba los 70 años, al menos a mí vista.
-no- fue algo tan automático y simple que la anciana de inmediato me.miro con gesto de extrañeza y desagrado- una amiga no muy cercana murió- me apresure a aclarar - solo quería despedirla.
Una amiga? En este mundo no hay amigos -la mujer miro a la calle con cierto dolor, me sentía como un mentiroso al no decirle que lo que sentía no era dolor, era un sentimiento extraño al ver en un ataud cerrado a la persona que murió en tus brazos hace menos de 24 horas, la anciana se giró mirándome con pesar y me dio una sonrisa triste antes de hablar -algun día te darás cuenta de eso, por ahora iré a despedirme de mi nieta-.
Mientras la veia alejarse note en ella el mismo color de ojos de aquella mujer, uno que jamas borraría de mi memoria, uno que viviría en mi a no ser que mi mente la bloqueará.
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Al atardecer el cementerio estaba atestado de personas pero al caer la noche poco a poco se habían ido dispersando, solo los últimos familiares de quedaron mirando a los lugares donde ahora reposaban personas con sueños y esperanzas, en donde ya jamas volverían, casi a las 8 de la noche por fin me permiti irme de allí, liberarme de la tristeza que inundaba todo, las calles eran un mar de silencio, mientras conducia no se escuchaba música, baile o algo por el estilo, solo era silencio, un incomodo silencio que me acompaño hasta casa, uno que se quedó en las paredes de mi hogar mientras entraba, no la vi de nuevo y hasta ese momento la habia olvidado por completo.
pero la vi de nuevo, en el jardín, con las prendas de luto, sin zapatos y una botella cerca, de un momento simplemente empezó a desnudarse.
el vestido negro rodó por la piel que ahora la bañaba la luna, la botella se quedó en el mismo lugar mientras ella se undia en el agua de la piscina, no me había dado cuenta de la idiota que me veía, hasta que note que estaba en mi habitación mirándola desde la puerta entreabierta, se notaba peligroso, ella, se veía tan tranquila nadando en el agua, tan relajada que por un segundo olvide lo que había pasado ...el accidente, la sangre... Un golpe fue lo que sentí luego de eso, uno que no me dejó reaccionar antes de caer al suelo y ver todo negro.
Oscuridad
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JUGUEMOS CORAZON.
Fiksi RemajaMatt inicia una nueva vida en la casa que tanto dolor le trajo, un montón de preguntas ,un corazón roto lo acompañan y la promesa de no dejarse pisotear por nadie, pero hay alguien en este paraíso apartado, una joven que pondrá su mundo adaptado pat...