Estás a prueba, Alfa!

Capitulo 1

Los rayos de sol intentaban entrar por la ventana del cuarto de un ser casi perfecto, el cual estaba tendido en su reconfortable cama, intentando desperezarse para comenzar un nuevo día de tantos que le esperaban. El calor del la luz del sol acariciaba ese cuerpo esbelto de color chocolate con leche, pasaba por su largas piernas que parecían interminables hasta llegar a su envidiable cintura estrecha para seguir por su abdomen y pecho marcados por sus duros entrenamientos con la espada y terminar en su hermoso rostro delicado y su cabellera negra cual noche fría de invierno.

Gulf Kanawut, este hermoso y "perfecto-omega-imperfecto" (o así lo llamaban las pocas personas que tenían el privilegio de ver su rostro), el príncipe y primogénito del Rey Khalan de Britia comenzaba a abrir su hermosos ojos color café, escuchando como llamaban a la puerta de su habitación sabiendo que se trataba de alguna sirvienta ya que podía oler su aroma a Omega, decidió permitirle el acceso a su habitación para que ésta comience a servirle su deseado desayuno.

-Puedes entrar- escuchó decir la sirvienta del otro lado de la gran puerta que daba a la habitación del príncipe.

Entrando a los aposentos se encuentra con una imagen que la deja pasmada y sin aliento. El hermoso Omega estaba mostrando una imagen que la dejo en shok, con solo su ropa interior dejaba al descubierto su trabajado cuerpo, vientre y pecho marcados por sus duros entrenamientos, piernas que parecían que nunca acabarían, ese cuerpo era perfecto con un rostro tierno pero adormilado por los pocos minutos de lucidez que llevaba despierto.

Garraspeando la garganta llamó la atención de la Omega que lo miraba como si se lo fuera a comer. Sintiéndose incómodo decidió vestirse mientras que la Omega dejaba el desayuno en la mesita que estaba junto al gran ventanal que daba al jardín y que el Omega aprovechaba para descansar y relajarse.

Terminando de alistarse le ordena a la sirvienta que dejara la habitación, con una reverencia y última mirada de deseo hacia el Omega sale de la habitación dejando al pelinegro de nuevo solo en sus aposentos

-Oye, ¿que le pasa a esa Omega?.
no dejaba de mirarme con deseo, parecía que se me iba a tirar ensima en cualquier momento- Dijo gulf a su Lobo

- Sucede...querido gulf, que somos hermosos. Por supuesto que esa Omega no te iba a quitar los ojos de ensima-

- Veo que tu ego sigue bien alto lobito- dijo gulf sonriendo por las ocurrencias de su Omega

-No es ego, es la verdad. Aunque preferiría que esa mirada me la diera mí Alfa, no una simple Omega- dijo el lobo de gulf empezando a esparcir feromonas de solo pensar en su futuro Alfa

Gulf dándose cuenta que liberaba feromonas trato de tranquilizar a su Lobo - ya deja de mover el rabo, algún día vas a encontrar a tu deseado Alfa- dijo Gulf desinteresado en el tema del destinado de su Lobo

-"Nuestro" Alfa- aclaró. - Espero encontrarlo pronto- Finalizó dejando a Gulf rodando los ojos y poniendolos blancos por las palabras que acababa de escuchar. Al pelinegro no le interesaba en los más mínimo el destinado de su Lobo porque para él era eso, solo el destinado de su Lobo interno, no suyo. No planeaba separar al Omega de su Alfa pero primero tenía que testear qué tipo de persona era con la que tenía que pasar el resto de su vida y si no le gustaba el resultado, no dudaría en patearle el trasero a ese Alfa aunque haga sufrir a su Omega, creía que en algún momento su lobo lo superaría y encontrarían a alguien mejor.

Terminando su desayuno el Omega sale de su habitación, para estirar su cuerpo un rato hasta digerir su desayuno e ir a entrenar con la espada, era algo que disfrutaba hacer todas las mañanas. Aunque se consideraba un muy buen espadachín tenía la humildad de ver sus fallas y errores al momento de entrenar, permitía que le dieran correcciones y así conseguía mejorar día tras día, volviéndose uno de los mejores espadachines del reino, pero eso solo lo sabían su padre el Rey , su entrenador que era un soldado leal al reino y el mismo Gulf.