Capítulo 4

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El Omega había terminado de alistarse, se dirigía hacia las puertas del palco para encontrarse con el Rey y hacer su entrada. Pero algo andaba mal, más bien su Lobo estaba inquieto.

- Tranquilo lobito, que está pasando- preguntó Gulf.

- ¡Mí Alfa, mí Alfa está aquí! - dijo su Lobo moviendo el rabo, y olfateando al rededor para captar su olor.

-"¡Carajo!, Justo hoy tenía que pasar"- pensó Gulf

- cálmate un poco, no pienso entrar en celo en frente de estas personas- habló tranquilo Gulf, inhalando y exhalando para calmarse.

Con un suspiro interrumpido por la presencia de Khalan, dirigió su vista hacia este y le dijo

- Padre, al fin está aquí, lo estaba esperando, tenemos que hacer acto de presencia pronto, sería muy descortés hacer esperar a los invitados - dijo Gulf algo apresurado y con el ceño fruncido.

- Tranquilo hijo, soy el Rey nadie puede apurarme- dijo Khalan, conteniendo una risita por la actitud de su hijo.

-¡Abran las puertas!- ordenó el Alfa mayor. Haciendo acto de presencia en el Gran Salón.

Gulf ya estaba con el corazón en la boca, su Lobo quería salir corriendo y buscar a su Alfa en el momento en el que sintió un delicioso olor a café y cacao.

-"tranquilo, tranquilo..."- se repetía Gulf a si mismo rogando que su Lobo lo escuchara. Bajando la gran escalera escuchó como su Padre le decía que le presentaría a cierta persona.

Gulf no era idiota, sabía a quién conocería, su "prometido" estaría seguramente esperándolo conocer también, ya que ni siquiera se vieron la cara.

Finalmente terminando su recorrido por las escaleras se dirigieron hacia la muchedumbre de gente, que les abría el paso. Hasta que su Padre habló y dijo -Lo encontré- caminando con elegancia hacia un joven y muy apuesto cabe recalcar Alfa, de ahí provenía ese aroma que volvía loco a su Lobo.

-Esto no puede estar pasando- pensó Gulf.

Mientras se dirigían hacia el General, Gulf no sacaba la vista de Mew, tenía un cuerpo muy bien trabajado, hermoso rostro definido, cabello color castaño, hermosos ojos marrones rasgados, nariz fina, labios rosados que te daban ganas de .... Mmm Bueno dejando el tema de su rostro, podría decir tranquilamente que el Alfa era igual de alto que él.

En fin ese hombre era casi perfecto diría Gulf, pero vio muchos de esos Alfas que sacaban provecho de su belleza y masculinidad para sobrepasarse con omegas ingenuos, que caían en sus redes fácilmente.

Tratando me mantener el control de su Lobo, tardó en reaccionar al saludo del Alfa, no podía sacar la vista de los ojos de este último, cuando sus manos al fin se rozaron sintió una corriente eléctrica que pasaba por las palmas de sus manos, extendiéndose hacia todo su cuerpo.

- ¡Alfa! -

- ¡Mí Omega! -

Soltando su mano en un instante por el garraspeo de garganta de su Padre que corto el ambiente en el momento tomo el control de nuevo de si mismo y se dispuso a concentrarse en lo que estuvo pensando todos estos últimos días, conocer al Alfa, si aprobaba su prueba, lo dejaría acercarse pero si fallaba le patearía el trasero en ese instante.

- Le gustaría acompañarme un momento, General- preguntó mirándolo a los ojos, sonriendo, pero por alguna razón su sonrisa no llegaba a sus ojos.

El Alfa al aceptar su invitación se dispuso a guiarlo y comenzar a charlar dirigiéndose dónde estaba la mesa con los aperitivos. Tomando cada uno lo que querían comer sus manos se rozaron nuevamente y las apartaron de inmediato mirándose a los ojos algo sorprendidos por lo que estaba pasando.

Estás a prueba, Alfa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora