Capítulo 5

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Habían pasados varios días desde el anuncio de su compromiso, muchas personas se acercaron a felicitarlos pero otras no quedaron contentas por tal noticia argumentando que no podía ser admisible sangre corriente en la línea de sucesión al trono. Mew y Gulf no tomaron importancia a esos comentarios que solo buscaban molestar, en cambio el Rey tomó medidas impidiendo que se siguieran esparciendo malos comentarios, sancionando a quienes osaran a seguir con tales chismes.

Para el par de prometidos esos días fueron como cualquier otro a excepción que se tomaban unas horas de su tiempo para verse, ya que sus Lobos pedían a gritos poder encontrarse con su destinado, mientras ellos solo podían mantener una charla de lo más banal mientras hacían el esfuerzo de no tirársele encima al otro.

Para el Alfa los primeros días fueron agotadores, teniendo que ponerse al día con las obligaciones que llevaban ser el General de todo un ejército, resguardando la seguridad del Rey y adaptándose a todo el papeleo que tenía en su oficina. Apenas si tenía tiempo para descansar.

Mientras que para el Omega sus días seguían iguales, entrenaba temprano en la mañana en el lugar apartado de siempre, luego de ducharse y poder sacarse el sudor, almorzaba y se la pasaba el día en la biblioteca, ¡Ah! Claro me había olvidado de algo, a su rutina se agregó un par de horas para ver a cierto General, mejor dicho, para ver al destinado de su Omega que no dejaba de molestarlo por querer ver a su Alfa.

Hoy era un día de esos en los que ambos se dirigían al jardín para poder admirarlo y pasar un tiempo juntos o mejor dicho sus Lobos pasarían un buen tiempo, ya que Gulf seguía con sus comentarios para nada respetuosos y Mew seguía con sus contestaciones directas sin tomarle mucho importancia. Aunque ambos admitían que el contrario era muy guapo y hasta dirían sexi no tenían la confianza suficiente como para tener una charla profunda, bueno eso era hasta hoy ya que Mew no se aguantó más la pregunta que tenía en su lengua desde que lo vio y sin pensarlo mucho soltó- Su alteza, por qué tiene una apariencia que parece ser la de un Alfa- preguntó sin más, sorprendiendo al contrario que solo estaba con la mirada en las flores plantadas en el jardín. Tomándolo desprevenido pero a la vez sabiendo que en algún momento tendrían esa charla decidió contestar haciendo otra pregunta- esperaba a un Omega pequeño, tierno y frágil, General- dijo con una sonrisa burlona de medio lado.
-Siendo sinceros, la verdad es que sí, jamás había visto a un Omega de mí mismo tamaño, los que conozco sos pequeños y frágiles- dijo sin más. Asintiendo con la cabeza levemente Gulf volvió a preguntar- entonces conoce a muchos Omegas, General- inclinándose para oler el perfume de las flores y mirándolo de reojo esperando su reacción. -Por supuesto, los omegas son fáciles de identificar por su dulce olor, así es como me di cuenta que usted era uno, porque si me dejaba llevar por su apariencia diría que es un Alfa a la primera- dijo encogiéndose de hombros. - ya veo- dijo Gulf volviendo a levantarse, elevando la mirada al cielo mientras un rayo de sol lo cegaba, llevó una mano a sus ojos para impedir la molesta luz dejándose ver una herida en la palma de su mano, el Alfa al ver a su Omega herido actuó rápido y agarrando su muñeca la llevo frente a su propio rostro gruñendo- quien te hizo esto- preguntó con el ceño fruncido mientras se veía un destello rojo en sus ojos.

El Omega de Gulf estaba feliz moviendo su cola y ronroneando al ver cómo su Alfa se preocupaba por él, mientras que el lado humano se sorprendió y respondió sin pensar en vos baja- ¡oh! El entrenamiento de hoy- grave error pensó Gulf al instante, eso fue suficiente para que el castaño escuchara lo que había dicho. - que entrenamiento- preguntó de nuevo el Alfa bastante enojado, sin más acerco la mano a su boca y lamió la herida, alejándose un poco vio como está se cerraba. Satisfecho por su buen trabajo el Alfa se calmo y los ojos de Mew volvieron a la normalidad dándose cuenta que tenía agarrada la muñeca de Gulf y de que este lo miraba con los ojos muy abiertos, lo soltó en un instante, viéndose nervioso y avergonzado apartó la mirada del contrario y garraspeo la garganta un poco.

Estás a prueba, Alfa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora