5. Mayores

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Resumen: Akutagawa no era de ir a esos lugares, probablemente porque habían puros vejestorios para sus apenas 35 años. Atsushi estaba descubriendo que quizás aceptar la opción de Naomi no era tan mala idea cuando alguien le agarró la mano en plena fiesta.

Canción: Mayores, Becky G

~⭕️~

"A mi me gusta que me traten como dama. Aunque a veces se me olvide cuando estamos en la cama".

Recordó aceptar la invitación de Naomi y Lucy, sus compañeras de clase, exigiéndole ir con ellas al bar de la zona para la fiesta de Tachihara, pues no deseaban ir solas sin un hombre que pudiera defenderlas. Entendía, eran épocas inseguras, por lo que no tardó mucho en aceptar. Razón que lo llevaba a la entrada de un gran lugar lleno de luces y gente, hasta el piso temblaba de las bocinas que mantenían el ritmo a flor de piel.

— Recuérdenme por qué no estoy en mi casa.

Una pelirroja fue la que le llevó hacia dentro. — Porque eres un gran amigo.

— Y no nos dejarías solas.

Atsushi ni siquiera dijo nada, pues las quería lo suficiente como para hacerles caso en todo lo que pidieran. Los tres eran jóvenes adultos de 22 años, relativamente pequeños para un lugar lleno de adultos como es el caso de "Nieve tenue", el bar de la pareja de Tachihara; el albino no era fan pero tampoco odiaba estar enfiestado, como tampoco Lucy era de tomar con gente así pero el festejado era su primo. Los tres se hicieron paso, encontrando una pequeña mesa en la esquina.

No tardaron en empujar a las personas que fueran necesarias para sentarse a pedir algo, visualizando que el familiar de la pelirroja se asomaba para ir con ellos.

— ¡Vinieron, qué bien! Creí que Lucy empezaría a decir que tenían otros planes —. Naomi negó.

— Esta vez fue ella la que más feliz estaba, ¿algo qué confesar? — Inquirió saber a los dos familiares. Lucy puso sus manos frente a su pecho con nerviosismo.

Atsushi estaba aturdido por seguir la plática, el volumen estaba intenso por lo que escuchar no era una opción viable para él, ¿por qué? Simple, el chico tenía cierta sensibilidad por los ruidos, olores y tactos muy intensos. Qué hacerle si así nació.

Tachihara alzó una ceja para observar al cohibido muchacho. — ¿Estás bien? — Le exclamó al oído, Nakajima se tensó rápidamente.

— ¡SÍ!

— ¡No grites! — Reclamó el más alto, riendo.

Tachihara tenía 30 años pero estimaba mucho a los dos amigos de su prima como para querer pasar su cumpleaños con ellos, lo que ponía algo nerviosa a Lucy al estar con puro hombre mayor. Tampoco era vejestorios, eso es cierto, pero ¡uhhhh! Los adultos tenían ese algo que no dejaba de hacerle vibrar por dentro. Los ojos de Lucy se quedaron en Atsushi unos momentos, parecía absorto a pesar de su respuesta.

— Ven, vamos a salir un momento en lo que te adaptas al sonido.

Atsushi asintió, siguiendo el jalón que le hizo comenzar a caminar. Lucy se sacudió la falda negra, pegada a las piernas que poseía, delineaba.

— ¿Por qué quisiste venir? — Cuestionó curioso, pues pudo oír un poco de la plática anterior. La muchacha se acomodó el cabello.

Un tigre en el armarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora