Resumen: Habían muchas cosas que ponían a Atsushi pensar hasta estallar de la vergüenza. ¿Una de ellas? La camisa negra de Akutagawa. Esa maldita camisa le quedaba tan bien. ¡No! Debía calmarse antes de tirarse sobre su ex.
¿Canción?: La camisa negra, Juanes
~⭕️~
"Tengo la camisa negra. Hoy mi amor está de luto".
¿Ubican esas extrañas ganas cuando ves algo que simplemente, no entiendes cómo o por qué, hace que te vuelvas hormonal? Como si fuera uno de esos olores tan seductores que harían a cualquiera babear por seguir transpirando. Bueno, eso le estaba pasando a Atsushi Nakajima, secretario de la empresa Port, cuando se paseaba frente al jefe de otro departamento.
El hombre en cuestión ni siquiera iba siempre, solo le veía unos cuantos días cuando debía pasarles a contabilidad los números de las cuentas, lugar que le pertenecía a su jefe: Dazai Osamu. Sabía que eran parientes de algo, por el tono que usaban entre ambos cuando quedaban a solas, y que él, como buen chismoso, solía escuchar. Tan solo por dar con esa grave voz que le embriagaba.
¿La curiosidad e ironía? Que era su ex. Era una historia muy contada, cortesía de su jefe, con cierta gracia y humor característico de ese castaño con deseos suicidas. Se llamaba Akutagawa Ryuunosuke, y era un hijo de la chingada. Pero definitivamente también fue excelente novio en su debido momento, ¿por qué lo dejaron entonces? Fue más un pleito que les hizo tomar la decisión.
Akutagawa es tranquilo, Atsushi le conoce, por lo que ese día, mismo en el que tomó demasiado gracias, nuevamente, a Dazai, le gritó un par de cosas al de cabellos negros. Ni siquiera las sentía, fue un pequeño ataque de celos incontrolados por el alcohol que le calentó la cabeza, imposibilitando su razonar.
" — ¡Ya me dijeron que tienes algo con tu secretaria!"
" — Es hombre".
" — ¡Ahhhh, eres tan mentiroso!"
Aún se arrepentía de ello cuando recordaba que Akutagawa cargó con él hasta su hogar, le dejó tapado y rezongando, cerró todo para evitar que le roben algo antes de irse. Atsushi sintió que la borrachera se le fue por el portazo, intentando llamarle sin una contestación.
Y así permanecieron, unos cuantos meses hasta el día de hoy. Akutagawa le ignoraba, o simplemente le hablaba lo estrictamente necesario antes de dejarse envolver por esos ojos felinos. Atsushi no le podía ver por mucho tiempo sin sentir bochorno, lo peor era que Akutagawa tenía esa esencia varonil que le ponía en cuatro, si se lo pedía, de ser posible. Ojalá lo fuera.
— Atsushi-kun —. Escuchó de su jefe, llegaba con el jefe de otro departamento. Fyodor le llamaban, era el ruso nuevo. — Fyodor dijo que deberíamos hacer un festejo.
El albino ladeó la cabeza completamente confundido por lo dicho, ¿a qué se refería con ello?
— ¿Qué festejamos?
— ¡Fyodor se va a casar! — La boca de Atsushi se volvió una "o" de la sorpresa. — ¿Ubicas al de finanzas? El departamento a nuestro lado.
— ¿Donde está Sigma? — Inquirió saber pensando en el otro secretario.
— Bueno, su jefe.
— ¿Se casará con Gogol-san? — Fyodor dio la confirmación en sosiego. Atsushi aplaudió, dejando caer sus papeles y carpetas. — A veces me pregunto dónde estará mi mente.
Resoplaba al mismo tiempo que bajaba sobre sus rodillas para recogerlas, Dazai y Fyodor le iban a ayudar cuando rápidamente un azabache fue a su "rescate".
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Un tigre en el armario
Fanfiction1º Atsushi no siempre se callaba una extraña necesidad, para fortuna del hombre extraño en el baño público. Dazai le llamaba "perder el control". [Semi omegaverse]. Notas: -Serie de One-Shots de diferentes temáticas. -Intento de Omegaverse en alguno...