Resumen: Atsushi siempre se lo dirá, su compañero de trabajo definitivamente jamás tendrá oportunidad con él. ¿Verdad?
Canción: Afortunadamente no eres tú, Paty Cantú.
~⭕️~
"Mírate, por Dios, escúchate. Que horror, ya cállate que tus libretos no sirven conmigo
Yo no sé, quién te haya dicho que
Tu estrategia funciona, no, no, alguien sálveme".Se limpió como pudo cuando escuchó un taconeo caminaba a su dirección, levantándose del pecho de alguien para arreglarse la ropa que la tenía por los hombros. La persona debajo de él, que aún toqueteaba las piernas desnudas del que estaba encima, comenzó a reír cuando le vio tan apurado por amarrarse la corbata y quitarse de sus piernas. Sus pies tocaron el suelo nuevamente, comenzó a respirar pausadamente por el esfuerzo de cambiarse en tiempo récord y de abandonar su lugar.
— Esto nunca volverá a pasar —murmura el albino, acomodándose el pelo e intentando taparse las marcas del cuello. — ¿Era necesario que me muerdas?
— Eso dijiste la vez pasada, y la anterior a esa, y la anterior a esas dos veces —se burla, pasándose un mano por los labios, enrojecidos de tanto besar al otro. Su camisa abierta de los dos primeros botones y su intimidad más que dispuesta.
— Ya no volverá a pasar, Akutagawa.
El albino no tardó en salir de la oficina de su compañero de trabajo, dejando al dueño más que calmado en su sillón negro. Akutagawa Ryuunosuke, 27 años, era de la misma empresa que el mismo chico que hace poco tuvo encima suyo, su superior por solo tres años. Había algo que siempre decía el albino, que soñaba con tener un romance de esos que te hacían cerrar los ojos un rato sintiendo miles de cosas por tener a su lado a la persona que tanto amaría. Era un chico simplón, si me lo preguntas, de esos que aún presentan a la familia completa, que llenas de regalos, esa clase de chicos que vivían en fantasías bien puestas. Aún así, con todos esos sueños, no tardó en caer en las manos de Akutagawa, era enamoradizo ¿qué podía decir?
Akutagawa no es un donjuán, tampoco va por la vida consiguiendo con quien acostarse al día o algo así, es un hombre con mucha suerte, quizás, de enamorar a las personas de las que se interesa. Tiene cierto magnetismo con la gente ¿y quién no caería? Era amable, respetuoso, serio, usualmente siempre estaba ocupado y poseía un buen estatus económico. En términos simples, es justo lo que el otro soñaba como pareja. El problema yacía cuando se trataba de compromisos, Akutagawa era frío, hablar con él de un noviazgo era de lo más absurdo. Por ello, el otro chico, Atsushi Nakajima, dudaba mil veces antes de abrirse ante alguien como él.
La puerta volvió a abrirse, Atsushi miraba a un lado con pena mientras jugaba con las mangas de su camisa. Akutagawa alzó una ceja, esperando que le diga lo que sea que quiera decirle, aunque ya se imaginaba por dónde iba la cosa. Atsushi se acercó, pasando sus brazos por el cuello blanco de Akutagawa permitiéndose besar esos labios que no tardaron en seguirle el ritmo, Akutagawa era frío con el compromiso. Pero caliente cuando Atsushi se le acercaba de esa manera con un movimiento tan sutil de caderas prominentes, nunca se cansaba de admirar la manera en la que su cuerpo modelaba en la oficina.
Incluso había encontrado a algunos otros ojos detrás del chico ¿y cómo no? Atsushi era de todo menos un fastidio, siempre era amable, su sonrisa era espectacular. Qué hombre. Akutagawa no lo negaba, por ello volvió más feroz el beso, pasando sus manos por el pantalón apretado de Atsushi y volver a bajarlo.
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Un tigre en el armario
Fanfiction1º Atsushi no siempre se callaba una extraña necesidad, para fortuna del hombre extraño en el baño público. Dazai le llamaba "perder el control". [Semi omegaverse]. Notas: -Serie de One-Shots de diferentes temáticas. -Intento de Omegaverse en alguno...