Estúpido cerebro.

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Buenaaaaaaaas, el otro día ví Niñera a prueba de balas con Sam (Max Thieriot) aadgfgfdfh, perfección. Bueno, siendo serios quería ofrecerles una nueva romántica."The rewrite" Transcurre en la segunda guerra mundial y eso espanta a la gente, creo yo. Pero no es muy bélica, sino más dramática y tampoco habla de smartphones en el 1944. Trato de ser cuidadosa con eso. Bueno, si le dan una oportunidad se los agradecería un montón.
Perdón por este capítulo, me van a odiar pero yo los amo. *hablaba en plural y eran 4 lectores locos* pero no importa los amo igual. Have faith.

Estúpido cerebro.

-¿Qué es eso? ¿Por qué los gritos? –Le pregunté en voz baja. Adam me señaló que entrara y lo hice, se paró de la cama y cerró la puerta del dormitorio detrás de mí. Se volvió a sentar pero no me miró a los ojos ni dijo una palabra.

-¡Adam! Dime algo. –Insistí. Él seguía en silencio.

-¡Adam! –Grité más fuerte.

-Annie, no… Confía en mí… no… ¿Confías en mí?

-¿Qué? Sí, supongo. Pero dime qué mierda es todo eso, Adam. ¡¿Qué demonios?! –No entendía nada. Y no me animaba a bajar.

-Vete Annie.

-¿Qué? ¿Dónde está mi mamá? ¿Ir a dónde, Adam?

-Arrgh, tu mamá está en el supermercado. ¿Por qué haces tantas preguntas? Maldita sea. –Me gritó mientras pateaba una silla.

Me encaminé a  la puerta, iba a irme. Iba a buscar a mi mamá. ¿Sería una pesadilla? Tal vez era como la masacre de Texas, no los conocía tan bien. Quiza Deb y Stella me engordaban para comerme y yo no lo había notado. Estaba asustada en parte, pero ese último pensamiento me hizo reír en mi interior.

 -Annie, no. Te lo explicaré todo lo prometo, sólo quédate calmada.

-¿Dónde está Sam, Adam? –Pregunté furiosa, harta de rodeos. Cerré la puerta.

Adam suspiró y miró hacia abajo. –Annie, esa es la voz de Sam.

-¿Qué? ¿Quién está allí con él? ¿Por qué la discusión? –Le pregunté más calmada.

Adam suspiró nuevamente. –Sufré de esquizofrenia, en realidad no es esquizofrenia, pero muchos lo han diagnosticado así. Es como si mezclaras la esquizofrenia con el alzheimer. Es temporal. Sucede cada tanto, como la epilepsia.

¡¿QUÉ DEMONIOS?! *Quise cortar acá la parte pero me pico un bichito y no la corté*

Derramé unas cuantas lágrimas. Las sequé con el puño de mi saco beige. No quería que Adam lo notara, pero de todos modos lo hizo y me abrazó.
-¿Cuánto dura? ¿Se le pasa? –Pregunté con la voz quebrada, con mi cabeza en el hombro, casi, de Adam.

-Los ataques siempre duraron entre 5 y 15 minutos.

-¿Cuánto lleva así?

-17 minutos. Será mejor que baje, pero tú quédate aquí no te reconocerá y puede ser violento.

Lloré un poco. Sentía demasiada tristeza en combinación con nervios y miedo. Estaba desesperada, esa era la sensación¿Cómo reaccionaría?

Adam salió de la habitación y bajó las escaleras. Yo lo miraba desde el primer piso.

-Tranquilo, Sam, soy yo, el tío. –Dijo en voz alta.

Se escuchó un golpe.

-¡Sam, Sam! Gritaba Adam.

Bajé inmediatamente. Sam estaba desplomado en el piso. Se había desmayado.

-¿Deberíamos llamar a la ambulancia? –Pregunté desesperada.

Atardecer de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora