Con o sin tí

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Holaaa, adelanto del último capítulo... del año. Es corto pero quería ya publicarlo, el siguiente será sin duda más largo. Eso es todo, si les gustó vótenlo porfis *ay, odio decir porfis* Espero que les guste :)

Finalmente lo entendí, NYC no eran unas vacaciones, era el lugar de su tratamiento. Por un lado sentí un alivio de que sus "repentinas vacaciones" no eran por mi culpa, lo que dio más culpa.

-Pero si ustedes sabían, ¿cuál es el problema? Es un tratamiento, ¿eso es bueno, no?

Gwen suspiró -el problema no es el tratamiento, eso no es por lo que está en el hospital.

El hecho de que Gwen, ajena a la unidad familiar rara que tenía, fuera la que respondía a mis preguntas, porque obviamente tenía información que yo no sobre Sam, y que encima lo hiciera con preámbulos era de lo más molesto.

-Entonces? ¿Podrías ir al grano, Gwen?

-La cosa es que Sam tuvo un accidente. Tuvo uno de los ataques en el hotel y por suerte la chica de la habitación contigua lo escuchó.

-¿Y Jeff? Iremos a Nueva York, ¿verdad?

Gwen me miró sin responder y giró su cabeza a mi mamá, y ella contestó -Tú no, Adam y yo iremos a verlo y ustedes se quedaran con la abuela. Dr. Rewling nos acompañara, al menos eso espero.

-Pero mamá, tengo que ir.

-No, no tienes Ann -dijo firme

Adam no se atrevía a decir nada. Pero le insistí -Adam, ¿por qué?

Me miró perplejo, no esperaba que yo dijera algo -Sam no te quiere allí, Ann. -sus palabras me dolieron, casi me largo a llorar frente a ellos pero hubiera sido muy patético. Lo dijo tan pero tan firme que me hizo sentir como si hubiera roto algo.

Corrí a mi habitación y me encerré, escuchaba que mi abuela les decía algo como retándolos y que pronto subía la escalera a mi habitación.

Knock, Knock -Annie -dijo en un tono suave.

Le abrí a mi abuela y cuando ella se sentó en mi cama me senté y llore en su hombro, su reconfortante hombro, tan reconfortante como solo en otra ocasión así lo había sentido, con Sam. Definitivamente recordar eso no me ayudo y mi llanto se incrementó.

Cuando logré calmarme, y aunque suene narcisista estuve muy preocupada por él, una confusión de sentimientos invadió mi cabeza y sigue sin simplificarse. El mismo nudo de pensamientos entrelazados, relacionados, que mezclan lo que está bien con lo que está mal. En resumen, la adolescencia. Yo me creía vieja por tener 20, pero la verdad es que, hasta ese momento, no me había sentido tan pequeña e impotente.

Me acosté abrazada a mi abuela y ella me contó una historia como cuando era chica para que me quedara dormida y así lo hice. Cuando desperté, Gwen estaba con su teléfono celular y las lágrimas brotaban de sus ojos pero ni se la escuchaba.

-¿Qué pasa Gwenchi? -le pregunté reincorporándome en la cama.

-Dylan, el papá de Gordon, acaba de contestarme el mensaje que le envie hace como 6 meses.

"Gwen, lamentó esto. No estoy listo para ser papá, tú dirás que tampoco para ser madre, pero confio en que vas a ser una madre excelente. Cualquier cosa que necesites, dinero, lugar donde vivir, te lo daré. Pero no puedo darte un padre.

Me encantaría conocerlo/a algún día, pero no tengo derecho a pedirte nada, o quiza lo tenga, legalmente, pero no importa.

Amor x 2,
Dylan"

Atardecer de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora