Prisionera

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Es un bebé ☝️

_Ponte esto - le ofrecían un traje de cuerpo entero color naranja a Mimi - tomalos - ofrecía nuevamente, la rubia miraba a un punto muerto sin prestarle atención - mira, no tengo todo el tiempo - Mimi lo observó - entra a esa cabina y vistete - le lanzó la ropa en la cara - y deja de llorar que te ves ridícula, después de todo eres una asesina - le quitó las esposas sin delicadeza, lastimando sus muñecas - tienes cinco minutos - volvió al asiento del escritorio, pero Mimi seguía de pie sin moverse - ¡que te cambies maldita sea! - la rubia pegó un brinco, y entre temblores tomó la ropa, entrando y saliendo de la cabina sólo cinco minutos después.

El oficial llamó a su colega.

_¡Rosalía! - la mujer ingresó - lleva a la prisionera 1333 a su celda 17 número 356, y vigila bien sus movimientos, no vaya a querer escapar y volver a matar a alguien.

_A sus órdenes - Rosalía le puso nuevamente las esposas - camina.

Ingresaban por un largo pasillo, donde no faltaba vigilancia ni cámaras de seguridad al estar todo realmente lleno de policías. Llegaron a otra esquina y fue cuando Mimi comenzó a oír muchas voces, giraron en el último pasillo y pudo ver muchas celdas en cada extremo. 

_Vaya, vaya - una prisionera se acercó a las rejas al verla - ¡Chicas, tenemos juguete nuevo!

El bullicio y los silbidos aumentó de inmediato, las prisioneras estirando los brazos por los barrotes y pronunciando vulgaridades y amenazas que lograron asustar a Mimi.

_¡Laura! ¡dentro de tu celda! - Rosalía golpeó los barrotes para que se alejara.

_¡Estoy adentro hija de puta! ¡Abre bien los ojos! - la escupió en su
uniforme, para luego echarse a reír y contagiar a todo el mundo.

La oficial estaba furiosa.

_¡Cárdenas! - llamó a su compañero, quien no tardó mucho en aparecer a su lado - llevala al cuarto de castigo, veamos si así aprende.

_¡Eres una perra, Rosalía! ¿¡Crees que le tengo miedo a ese cuartucho!? - gritaba Laura mientras era llevada por el joven policía junto a otro compañero - ¡Vas a ser mía juguete! - le gritaba a Mimi - ¡Es mejor que te hagas la idea preciosa!

A pesar de que Mimi tenía un miembro masculino, seguía siendo una mujer y era mucho más delgada que esa chica.

Tenía miedo de ella.

_Camina - volvieron a avanzar.

A medida que se iban acercando, Mimi estaba a punto de entrar en pánico. Todas esas manos tratando de alcanzarlas, los asquerosos "piropos" que le decían y todo el ruido que hacían, la ponía nerviosa.

_Es aquí - Rosalía abría la celda.

Había una mujer dentro que estaba sentada y apoyada en la pared, abrazaba sus piernas y escondía su rostro en ellas, sin hacer movimiento alguno.

_No quiero entrar - negó Mimi - por favor no - pedía mientras le quitaban las esposas.

_Adentro - la empujaba pero la rubia se resistía - por un carajo entra.

_Soy inocente, yo no planee nada.

_¡Que ingreses! - la empujó, haciéndola caer para cerrar la celda de inmediato, antes que Mimi llegara para impedirlo.

_Saqueme de aquí - sacudía los barrotes - ¡Saqueme de aquí! ¡Solo lo hice para salvarla! ¡No planee matarlo!

Todas se reían, burlando de su infantil comportamiento y sus ridículas lágrimas. Mimi no supo por que de un momento a otro, todas se pudieron serias y parecían buscar refugio en sus celdas, miraban con miedo en su dirección, justo detrás de ella. Lo supo cuando sintió una respiración en su nuca, alguien le olía el cabello y aspiraba rozando su nariz contra su piel, estaba pegada a ella.

RETURN // WARMI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora