Retorno

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Mimi llevaba en sus hombros a su pequeña hija, la pequeña no le dejaba de dar besitos en la cabeza y es que estaba muy feliz de por fin tener a sus madres juntas.

_Emily, ven aquí, camina con nosotras, mami Mimi debe está muy cansada - pidió Belén.

_Dejala - respondió Mimi - me gusta como me da mimos - sonrió - ¿Verdad mi cielo? - levantó la cabeza y la pequeña besó su frente.

_Hoy su profesora la felicitó - comentó Belén - dijo que para ser una niña de cinco años, sabe dibujar muy bien, podría ser una gran artista.

_Dibujo bonito - respondió Emily en un sonrojo.

_Llegando a casa quiero verlos, pero antes iremos a ver a la abuela - miró a Belén - ¿Como está mi madre?

_Está mejor, espera que vallas a verla.

_Gracias por cuidarla - sonrió - en serio te lo agradezco.

_No hay de que, siempre estaré para ti.

Ambas se sonrieron con adoración, Emily sonrojándose aún mas al ver la interacción de sus madres.

_¡Mamis! ¡beso! - pedía y ambas mujeres rieron - ¡No risa! ¡Beso!

_¿Quieres un beso? - jugó Mimi con la pequeña - ¿no serás tú quien quiere un beso? - la bajó, ahora cargándola en brazos y haciéndole cosquillas - para mí que quieres beso - besaba juguetonamente su mejilla y Emily reía.

_Sí, tú quieres beso - Belén se unió en las cosquillas y besaba su otra mejilla.

Las tres reían muy felices.

Hace siete años que Belén había conocido a alguien especial para ella, la verdadera madre de Emily. La mujer se llamaba Marina y también era intersexual. Se amaban con tal locura que hasta parecían dos adolescentes enamoradas. Marina la amaba con la misma intensidad con que Belén lo hacía, el día que se enteraron de su embarazo, estaban tan felices que lloraron de la emoción. Belén por supuesto no dejaba de ver a Mimi, ahora la amaba como una mejor amiga. Cuando le contó, la rubia se alegró mucho por ella, hasta la cargo en brazos haciendo reír a todos los oficiales.

Pero hay un motivo por la cual Emily llama madre a Mimi, y es por que a los pocos días de enterarse del embarazo, Marina tuvo un accidente de tránsito, en donde lamentablemente perdió la vida.

Belén quedó destrozada. No pudo siquiera a ir a ver Mimi por un tiempo y cuando lo hizo, se desmoronó en los brazos de la rubia al contarle lo sucedido.

Mimi sabía que Belén no podría sola, ya que ella ya había pasado por lo mismo, así que después insistir tanto, Belén aceptó que Mimi la apoyara con dinero. Además de pagar el funeral, Mimi pidió a su madre que ayude a Belén en lo que necesite.

Cada semana Belén iba a verla y cada vez la barriga se le notaba más. Llegaron a un punto en que Mimi acariciaba su vientre y le hablaba al bebé mientras Belén sonreía.

En una de sus visitas, Belén sintió una fuerte contracción, estaba a punto de dar a luz. Mimi al estar presente palideció y casi se desmaya. Gritaba al todo el mundo "¡Ya viene el bebé! ¡Ya viene el bebé!" Sin ni siquiera ayudar a Belén que se quejaba del dolor. Rosalía reprendió a Mimi y ayudó a Belén a ponerse de pie. Llevándola urgentemente a la patrulla para ir al hospital.

Mimi se quedó nerviosa mirando en la dirección por donde se habian ido. Hasta que Rosalía entró corriendo.

_¿¡Vas a venir o no!?

_Y-yo...¿yo? - tartamudeó - ¿tengo permiso? 

_¡Si no quieres, quedate! - desapareció de inmediato.

RETURN // WARMI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora