Había pasado exactamente tres semanas desde que Mimi se encontraba en aquel lugar. Se había echo amiga con su compañera de celda, Mireya. Quien la había defendido de muchos altercados y mostrándole algunas técnicas de pelea.
Era una gran chica.
Pero Mimi jamás se acostumbraría a estar en aquel lugar, quería ser libre, quería poder vivir su antigua vida, como lo era entes.
A pesar de que Laura se veía obligada a estar alejada de Mimi, siempre la vigilaba desde lejos. Observaba cada uno de sus movimientos y absolutamente todo lo que hacía. Nadie sabía que le guardaba un gran rencor por ser la única a quien no pudo, ni puede tocar. Había herido su orgullo, y eso no lo soportaba. Pero lo único que podia hacer era observarla, más no tocarla. Tenia que reprimir toda la ira que sentia o de lo contrario, tendría problemas. Diez años más, no es poco, aún peor cuando estaba a tan sólo seis meses de salir libre. Tendría que vivir con aquel resentimiento por siempre.
_Doblas - la rubia giró al llamado - tienes visita - era Rosalía.
Mimi y Mireya se sonrieron levemente, y la segunda rubia hizo una seña de que fuera.
Se encontraban en el patio.
_¿Quien es? - preguntó a la oficial mientras caminaban por el gran pasillo.
_Es tu abogado - Rosalía era muy amable. Te trataba de la forma en que la tratabas.
Ya en la sala, Miguel la recibió con un apretón de manos, sonriendo apenas. Eso no le gusto para nada a Mimi, quien tuvo un mal presentimiento ante esto.
_¿Todo se encuentra bien? - tomaron asiento.
_ Mimi....- apretó los labios - seré breve - suspiró, tomándose su tiempo ante lo que iba a decir - Me han negado apelar en tu caso.
La expresión de Mimi daba clara muestra de que no entendía, o mejor dicho, no quería creerlo.
_Es una broma...¿cierto?
_Eso quisiera, Mimi, pero es la verdad.
_Pero...eso es imposible. Sí se puede apelar - el miedo comenzaba a crecer en su interior - ¡siempre se puede!
_Lo sé, lo sé - Miguel estaba frustrado - lo he intentado, creeme que lo he intentando. He echo todo lo posible pero me lo negaron de todas maneras. Estuve horas y días insistiendo. Me he quedado noches sin dormir leyendo una mil veces todos los documentos de tu juicio. Pero no puedo hacer nada más - habló apenado - estoy seguro que hay algo raro en todo esto pero si sigo en tu caso, pondría en peligro mi carrera. Y no puedo permitirlo Mimi, lo siento.
_¿Estas abandonando mi caso? - la mirada de Mimi entristeció, al ver a Miguel asentir - No puedes hacerlo - negó - sabes que esto es injusto. Eres abogado y tu deber es luchar por la justicia - sus ojos se cristalizaron - no puedes simplemente dejarme aquí. ¡Son veinte años Miguel! - sollozó - ¡No puedo estar aquí durante veinte años!
_Lo lamento - bajó la mirada - eres la novia de mi amiga. Le prometí que te sacaría de aquí, pero lamentablemente no esta en mis manos - se puso de pie - perdoname.
_No no, no te puedes ir - lo tomó por la muñeca, impidiendo que saliera - por favor, no puedes dejar mi caso - suplicaba.
_ Mimi, entiende que no puedo hacer más - se lamentaba - Ana ya lo sabe. Tal vez ella busque otro abogado que si pueda. Pero ya no confíes en mí - quitó su mano.
_¡Espera! - Rosalía la detuvo al querer alcanzarlo - ¡Miguel!
El chico ya se había marchado.
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RETURN // WARMI
FanfictionMimi y Ana son novias desde muy pequeñas, están a punto de casarse y esperan la llegada de su primer hijo. Pero una fatal noche Mimi encuentra a Ana en el piso de la cocina, muerta. Los forenses dicen que fue un accidente doméstico. Meses después...