Prólogo

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Estaba destrozada y ella lo sabía.

Ella estuvo consciente de todo eso desde el primer momento y solo lo ignoró. Jamás hubo una advertencia de su parte, aunque ya eso no importaba.

Yo misma cabe mi tumba, daba igual si fui o no consiente.

Sin embargo, ella abría más la herida y ella sí que estaba consciente de eso.

¡¿Acaso te comió la lengua el gato!? —su risa había sido reemplazada por molestia— ¿O tu príncipe se la llevó consigo?

La verdad, no lo sé. Simplemente mi voz no podía salir, porque las palabras que quería decirle definitivamente estaban.

En el fondo sabía que no soltaba una palabra porqué arrastraría también el nudo en la garganta, y no me permitiría derramar una lágrima frente a ella.

No obstante, observó que me contenía entonces su risa retumbó de nuevo en todo el lugar y continuó hablando:

—No soy idiota —dijo aún con molestia—. Sé que no puedes superarlo, sé qué prefieres vivir en un truco por el resto de tu vida a olvidarle.

Tenía toda la razón y la sigue teniendo.

Me ardía, por eso sentí mis piernas flaquear, aún así ella no se detuvo.

—Admitiré una cosa.

Me miró como si estuviese arrepentida de lo que iba a confesar, pero Kendall era una perfecta actriz y no podía confiar plenamente en sus palabras ni en sus expresiones.

—Jamás te dije la verdad porque sentí que era lo mejor, de hecho estaba feliz por ti —Confesó cabizbaja—. Hasta que olvidaste el mundo a tu alrededor, dejándome de lado. Mostraste tu verdadera cara, y empecé a odiarte.

Repugnancia, eso demostró su rostro. Le repugnaba en lo que me había convertido.

A mí me repugna en lo que se convirtió ella por algo que yo desconocía.

—Nada de eso tiene relevancia ahora, Andrea —comentó repentinamente—. Solo quiero que me respondas algo —desvié la mirada, quería evitar cualquier pregunta—
¿Acaso él no prometió salvarte?

Una sonrisa maquiavélica llenó su cara, entonces luego de callar decidí hablar.

É-Él me salvó.

Mi respuesta no la sorprendió, al contrario, parecía haberla esperado.

¿Si? ¿Te salvó? ¿Realmente lo hizo? ¿O te hundió en un océano más profundo?

Yo...

No lo sabía.

No lo sabía

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