No Time To Die [3] || Sirius Black||

Paraíso Primitivo.

Sonrió, miro a través de la ventana de la cocina y admiro el maravillo jardín en el cual hemos trabajo Sirius y yo, nos gusta hacer eso, no hay otro momento más perfecto en el cual solo estamos solo él y yo.

Observo la hora en el reloj de la pared, todavía es algo temprano. Apago la tetera y sirvo en las tazas que está en la mesa, luego pongo las otras cosas para el desayuno, me gusta levantarme temprano. Acomodo las cosas en la mesa, pero algo se cae, me agacho a recogerlo.

—Oh no, yo lo hago  —Sirius lo recoge, el toma la fruta  y me la entrega.

—Pensé que despertarías  más tarde — lo miro, tiene su cabello más corto, pero sigue siendo el mismo Sirius de siempre.

—Si, pero quería acompañarte —me sonríe —Y a esta pequeña cosa.

Se agacha un poco y besa mi barriga abultada, tengo seis meses de embarazo.

—Te ves radiante con esa barriga, Ophelia —dice cuanto toma asiento, comienzo a servirse el desayuno— Debería haber ocurrido antes.

—Antes éramos muy jóvenes —sonrió—A esta edad no está mal.

—Para nada—me mira, yo también lo hago—Estoy emocionada porque nazca, esto es increíble.

—Si, lo es —asiento con la cabeza.

—¿Cuando vendrá Sam a casa?—pregunta Sirius antes de darle un sorbo a su café.

—Tal vez hoy en la tarde, cuando salga de su trabajo —responde comiendo un poco de fruta.

Sam se mudo hace bastante tiempo, tiene su propio hogar con Olivia, se casarán pronto.

—Mary tendrá su bebé la semana que viene—le digo a Sirius.

—Iremos a visitarlos —me sonríe —Remus encontró a alguien, nos contó el otro día cuanto estábamos en el bar con James y Peter.

—Estoy muy molesta porque no a venido a visitarme, dile que venga lo más pronto posible cuando lo veas —lo miro.

—Si, lo haré—veo cómo observa la hora—Tengo que irme, no deseo llegar tarde.

Se pone de pie, yo también lo hago y me acerco a él, arreglo el cuello de su corbata.

—Te ves guapísimo—le sonrió mirándolo a los ojos.

—¿Algo que desees para esta noche?—pregunta mirándome.

—Chocolate y galletas —le sonrió.

—Hecho, traeré todo lo que encuentre —se acerca a mi y me besa en los labios—Te amo Ophelia, te amo también a ti pequeño.

Besa mi barriga, toma su maletín y se marcha, no podría haber pedido algo mejor.

Abro los ojos de golpe, miro hacia afuera y esta oscuro, es de noche. Miro el reloj en la mesa de noche, son las cinco de la madrugada.

—¿Estás bien Ophelia?—pregunta Sirius a mi lado.

—Si—asiento con la cabeza volteándome hacia el otro lado —Solo fue un sueño.

Abrazo la almohada.

—Ven aquí—extiende sus manos y me abraza por la cintura, observo la pared.

Y creo que esa fue la ultima vez que soñé, luego de eso hasta mis sueños me abandonaron.