𝐔𝐍𝐌𝐄𝐈

ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 7

El amor no puede ser descrito. Neji, quien es un genio innato en cada proceso de la vida, comprendió que no había una fórmula, un jutsu, ni una fuerza confiable para describir el amor o definirlo. Con esto también llego a la conclusión de que esa era la cosa que hacía al amor tan especial, no tenía una definición y jamás era igual en las personas. Existían amores de mucho tipo, existían quienes lo asociaban a un color, por eso mismo para Neji el amor era verde y ruidoso, ahí estaba el truco, cuando comprendes que el amor tiene una expresión que solo tú puedes confirmar. Es porque realmente entiendes la magia que esté posee.

Por el contrario, para Rock Lee el amor era callado, sereno y lila. ¿En qué momento lo descubrió? Fue con el pasó de los años, se encontró fuertemente inquieto por estar alrededor de Neji, y cada vez que lo estuvo su corazón fue como un tambor golpeando con fuerza, en las misiones había buscado siempre sentir al chico, tocando distraídamente su mano con sus dedos, incluso si solo se trataban de roces que no duraban nada.
Pero estaba allí, vivo y con él. Al principio Rock Lee esquivo sus sensaciones, porque era demasiado bruto para concentrarse en algo que no fuera su entrenamiento, pero cuanto más miró a Neji, más lo sintió.

Se sentía abrumado, asimiló sus emociones a alguna especie de admiración, su desafío de crecimiento se basaba en derrotar a Neji Hyūga, entonces tenía mucho que ver. Pero no, él quería ser querido por Neji, más que como un camarada con la misma intensidad que un enamorado ama al otro.
Se quedó toda una noche corriendo, pensando en sus sentimientos, porque Sakura le pareció bonita, pero jamás expreso en voz alta por ella, todo lo que sentía por Neji.
Y como Sakura sentía la presión de ser irrelevante en un mundo que se alzaba en busca de los mejores, se acompaño en ella, porque Naruto ya no estaba por ninguna parte. En ella, transformando sus miedos en una fortaleza, una zona segura que lo miraría y le diría: Da el paso Lee. Dalo, porque como shinobis nuestros días son días restados.

Y era verdad, incluso si no lo quería asimilar. Sus días estaban contados, los de Neji tal vez más, él era buscado por ser un prodigio y se sabía que ocultaba algo, una promesa de vida sobre Hinata Hyūga; la maldición de su destino.

Por eso mismo, Lee siendo como es, tomó el valor que perdió cuando tuvo una oportunidad similar. Mientras Sakura le decía adiós, marchandose en la misión de Búsqueda, junto al rubio que había vuelto.
Lee decidió que debía arriesgarse, y valió la pena aquel intento. Sus brazos se envolvieron en el cálido cuerpo de Neji, dónde tenía músculos suficiente, para que sus manos lo rodearan. Lee pensó que eso era lo correcto, juntos. La respiración de Neji se volvió absurdamente complicada, parecía alterado, haciendo que Rock Lee de forma inevitable soltara una risa por aquello, Neji siempre fue tan poco expresivo.

Y de pronto solo estaba ahí, mirándolo con un ceño fruncido, junto a un leve rubor de mejillas.

—¿De qué te ríes? —preguntó.

Ambos se miraron, Lee siguió sonriendo mostrando sus dientes blancos. Negando rápido para luego soltar: —Sigueme Neji o te perderás de esto.

Aunque Neji dijera que todo desafío le parecía estúpido, siempre cedía, dando todo de si mismo, corriendo al lado de Lee rápido, incluso si aquello le parecía ridículo.

Rock Lee no entendió el significado de aquello. Lo importante que eran las acciones para alguien que había tenido que aprender a callar sus emociones.

Cuando llegaron lejos, casi saliendo de la aldea, Lee comenzó a tararear una canción, moviendo sus pies al ritmo que estaba exponiendo, Neji se le quedó viendo con una ceja alzada, confundido. Sin embargo, más que nada, avergonzado, él no sabía bailar. Entonces, Lee siendo tan expresivo como era, tan energético, tan necesitado del contacto, tomó sus manos, comenzando a girar. Entre risas ruidosas, Neji sonrió, sintiéndose libre. Olvidando la presión que la adolescencia ponía sobre sus hombros.

Se sintió libre. Y luego, sus labios fueron presionados, agrando los ojos viendo cómo Rock Lee tenía sus ojos apretados, haciendo que sus pestañas chocarán contra la piel de sus mejillas. El mundo de Neji se detuvo.

Sintió tantas cosas. Aquello podría ser un sueño, pero luego Lee se alejó cohibido, sintiendo temor por lo que hizo, para que Neji, mucho más confiado siendo aquella cabeza fría que era, tomara la mejilla de Rock Lee acercando de nuevo sus labios a los suyos. Subiendo aquel choque de labios de un principio, a un beso real con labios moviéndose a un ritmo, como si fuera música.

Entonces, su amor era correspondido, ¿Cierto?

De pronto una alerta sonó, llamando a todos; Akatsuki necesitaba ser exterminada.

Pero todos ellos los querían alejar.

|No sé muy bien como decirlo, pero escribir y leer esta historia me hace sentir paz y a la vez un nudo en la garganta.

Cosita pequeña, repito mucho Naruto, por el contrario de Shippuden, así que espero no arruinar o hacer sentir no bien acomodadas las situaciones. Será improvisación de acuerdo a cómo va está historia. Muchas gracias por leer💕|.