Como recién casados

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Eran más de medio día y el pelinegro apenas se dignaba a levantarse para prepararse un café, estaba solo y sin su compañero no tenía muchas ganas de salir de su cama para siquiera desayunar.

El chino había salido temprano junto al resto de los miembros porque tenía cita en la estética para cambiarle el cabello, a pesar de estar ausente de las actividades del grupo; no podía cancelar la cita pues con ese nuevo look se prepararía para el próximo comeback.

Desde que normalizaron su cercanía aquella vez en el sofá del departamento parecía que estaban recién casados, casi todo el día juntos, tomando las tres comidas, haciendo limpieza, bailando sus coreografías, viendo Netflix y descargando su faceta pasional en cualquier rincón del piso.

De nuevo intuía que eran las hormonas de la edad que no los dejaban parar, aunque también podría ser que su química en la cama mejoraba cada vez más y se sienten más cómodos el uno con el otro expectantes de cómo terminará la próxima vez. No estaba seguro de la razón, pero de lo que sí estaba seguro era que no quería que se terminara nunca.

Bien, ahora pensaba que se había vuelto loco y su locura tenía nombre y apellido: Huang RenJun.

Habían pasado los días y la semana ya casi terminaba ¿cómo se acostumbraba a despertar sin mimos y besitos de buenos días? siempre que el resto salía el chino se escabuia a su habitación por las mañanas y dependiendo su mood dormían abrazados, se acurrucaban para darse mimos o tenían un buen sexo mañanero.

Hoy despertó solo y necesitaba cafeína, con Renjun a su lado solo tomaba té. Bufó y tiró el restante de su desayuno por la coladera para después despeinarse con flojera el cabello y dirigirse a  la sala.

Intentó encender la pantalla pero no funcionó, al parecer no estaba conectada, supuso que la maknae line debió desconectar todo la noche anterior que pusieron el play para jugar.

Con pasos perezosos, se levantó del mueble para conectar los enchufes de todos los aparatos. En seguida escuchó la puerta abrirse pero la ignoró, estaba concentrado tratando de descubrir cómo funcionaba tanto cable detrás de la televisión, es decir, él solo la encendía y ya.  

-Llegué- se escuchó la voz del chino que quería ver. Jeno asomó el rostro de donde estaba detrás del televisor y se quedó perplejo.

-¿Qué haces ahí?- cuestionó ahora un pelinegro y decolorado Renjun mientras se acercaba al más alto. -¿Por qué esa mirada?- sonrió de lado al ver como no le respondía.

-Lindo- soltó Jeno, su subconsciente lo había traicionado al decirlo en voz alta pero es que el vocal se veía realmente bien con ese nuevo look.

Renjun sonrió ampliamente ante su cumplido y sintió las mejillas rojas. -¿Lo crees? siento que se ve un poco raro- mencionó mientras quitaba unos mechones de su frente.

-Te queda muy bien- respondió apenas salió de su pequeño shook. -Me gusta- agregó tomándose la libertad de peinarlo con su mano.

El vocal se dejó hacer y apreció el rostro hinchado de su compañero. -¿Te acabas de levantar?- El pelinegro asintió en respuesta.-Son más de las 2 flojo-

-Estaba esperándote- ahora paso las caricias en el cabello a sus mejillas y con su mano libre lo unió a su cuerpo para terminar juntando sus labios.

El más bajo tomó la mano ajena en su mejilla y siguió los movimientos del rapero con sus labios. Ambos habían extrañado ese beso de buenos días.

-Vamos a mi habitación- dijo casi en susurro cuando cortaron el beso y le colocó los brazos encima de sus hombros para poder estar más cómodos.

If walls could talk [NOREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora