Be my quarantine

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Lo único que tenía claro cuando salió casi corriendo del piso era que para su suerte, sus sentimientos hacia el segundo maknae eran reales, si le gustaba y mucho.

Cuando pusieron al aire alguna interacción entre su amado y el líder de su grupo, su corazón explotó sumado al hueco de celos que le carcomieron el estómago. No soportaría verlo con alguien más sin antes dejarle claro lo que sentía, ya no se permitiría ser cobarde e huir de todo aún así sus sentimientos no fueran correspondidos.

Ignoró que posiblemente lo seguirían y con pasos largos ordenó a un chofer de las camionetas negras fuera del edificio lo llevara a casa de Chenle.

No mentiría, se hizo el valiente consigo mismo pero en realidad estaba nervioso de enfrentarlo, en su vida se había confesado de alguien y el que fuera con su mejor amigo también era riesgoso. Siempre decían que el amor arruinaba una amistad cuando no era mutuo y era su mayor terror. Lejos del rechazo, perder a su mejor amigo le dolería mil veces más.

Cuando por fin estuvo frente a su puerta, suspiró intentado calmar sus latidos y tocó, casi de inmediato apareció el Chino con una sonrisa que al percatarse del paradero de su visita, se fue disminuyendo que Jisung supo no era quien esperaba recibir.

-¿Estás ocupado? ¿Esperabas a alguien más?- preguntó con un hilo de voz suave pero con su distintivo tono grave.

-Nn-no, solo que pensé era Mark. Olvidó su chaqueta-

Una punzada en el corazón sintió al escucharlo que quiso retroceder con su estupido plan de confesarse, pero no soportaría un día más ignorándose entre sí en las salas de practica.

-Quiero hablar- expuso clavándole los ojos.
Chenle no le dijo nada y solo se hizo a un lado para que pasara. Tenía miedo, conocía a Jisung, estaba nervioso y su tono era un tanto triste. Intuyó que quería arreglar su distanciamiento pero que llegara tan de repente lo puso inseguro.

-Puedes ponerte cómodo- le sugirió señalando los muebles de su sala.

El menor los observó pero se quedó parado frente a él, eso lo puso nervioso.

-Perdon si te incomodo con esto, solo quiero dejártelo en claro- hablo con todas su fuerzas y esperaba no quedar en el intento.

-Si es por lo del beso, entiendo que no era lo que querías- frenó sus palabras.

-¿Ah?- balbúceo, no entendió su referencia. El si quería.

-Cuando estábamos borrachos fue justificable, ninguno de los dos estaba consciente pero aquella vez, no debí acercarme sin antes saber si querías hacerlo- resopló como si soltara todo su pesar desde que no volvió a cruzar palabra con su bestie. -Me sentí extraño y reaccioné, es solo que creo q...-

-Me gustas-

Sus palabras ahora fueron frenadas por él y se quedó perplejo viéndole a los ojos que desde que llegó no dejaron de verle. Jisung ya no aguanto y lo soltó sin más, el que le dejara saber que su beso pudo ser correspondido le dio fuerzas.

El silencio los consumió mientras sus miradas se comunicaban hasta que el mayor se acercó al más alto para abrazarlo.

Como si le hubieran quitado la espada que traía atravesada en el pecho todo este tiempo, dejó ir su inseguridad y aceptó el abrazo apretando el cuerpo ajeno. No era algo nuevo, ellos frecuentaban abrazos pero ahora ese acercamiento se sintió diferente, un nuevo sentimiento floreció.

-Todo este tiempo creí que me odiabas- confesó aún acurrucado en el pecho ajeno.

-¿Por qué te odiaría? ¿Porque me gustas?-

If walls could talk [NOREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora