Aclaraciones: Fic ubicado posterior a la batalla contra Hades y Loki; en universo alterno donde los santos son revividos.
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"Te quiero"
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Esa noche, Miho (sintiéndose muy cansada) estaba redactando en una vieja computadora, una carta dirigida al director del orfanato. La imprimiría hoy antes de irse a dormir, y mañana temprano la mandaría por correo a la casa del hombre. Ella, como la nueva encargada, tenía la obligación de vigilar que todo en el complejo estuviese en orden, luz, drenaje, comida, eso agregando por supuesto, el bienestar de los 54 niños. Algunos chiquillos se habían herido jugando esta semana, otros se habían enfermado por estar jugando con agua a escondidas de las profesoras... bueno, ¿quién podría culparlos de lo último? El verano era muy caluroso este año, y jugar un poco no les haría más que un simple resfriado.
Sin embargo, fuera de lo ya mencionado, el resto estaba andando más que bien. Además, ya habían 6 parejas interesadas en adoptar a algunos pequeños, Miho tenía los archivos de estos sobre su escritorio, y con forme pasase el tiempo, se procedería con normalidad con el procedimiento legal para que aquellos jóvenes pudiesen experimentar lo que era tener la familia que se merecían.
—Deberías dormir —dijo un hombre, saliendo de una esquina oscurecida. La única luz que había en la oficia, era la del ordenador.
Miho no se asustó ni se sorprendió; él estaba ahí desde que ella se sentó para continuar con su trabajo. Él, cruzado de brazos y mirándola fijamente, no agregó nada más.
Hace mucho que Miho dejó de sentirse intimidada bajo su escrutinio.
—Me falta poco —respondió ella, acomodándose sobre el puente de su nariz, unos lentes recién comprados, para leer lo que había escrito. En silencio, vio satisfecha que no se había saltado nada por informar; para asegurarse, encendió su lamparita y leyó sus notas en un cuaderno pequeño de pasta gruesa. «Todo en orden» pensó, mandando a imprimir las 3 hojas.
La impresora, jalaba hojas a medida que las pintaba, Miho las tomó y las dejó sobre la mesa, separadas una de otra para que no se manchasen si es que había pintura de más en ellas.
«Ya debería comprar una impresora nueva» se dijo, dejando la última, quitándose los lentes, masajeando sus adoloridos ojos—. Listo, ya he terminado —musitó cansada.
Viéndola apoyarse contra el respaldo de la silla, el hombre de cabello azul descruzó sus brazos, acercándose a ella.
—Te llevo.
—Estoy bien, puedo caminar —sonrió con los ojos cerrados, soltando un bostezo—. Sólo necesito apagar esto y podremos ir a dormir.
Dando un masaje a sus sienes antes de incorporarse, Miho pulsó algunas teclas, meció el mouse y luego de unos cuantos clics, el aparato se apagó.
—Listo, vámonos ya. —Miho apagó la luz de la lamparita, caminando seguida de él—. Menos mal que terminé antes de la una, mañana debo levantarme temprano para mandarlo al señor Hinosaka.
—Me preocupa un poco que no duermas por lo menos tres horas seguidas —masculló él, entre dientes.
—Es mi trabajo —dijo ella orgullosa—, además, estoy muy feliz. Al fin Makoto será adoptado, tiene catorce años y pensaba que sería uno de los niños en crecer aquí hasta la mayoría de edad; no lo aparenta, pero está muy emocionado.
Sin que Miho se diese cuenta, él sonrió levemente.
—Si eres feliz, entonces supongo que no me queda más que seguir siendo el guardia de seguridad.
—Podrías ser mucho más que eso si vuelves al Santuario de Athena —comentó ella, andando por los oscuros pasillos—, todavía no sé por qué deseas quedarte aquí... cuidando niños que ni siquiera dejas que te vean; seguro les agradarías —dijo lo último con cierta tristeza.
—Eso es porque yo también soy feliz viviendo así, en las sombras —susurró melancólico—. En el Santuario, ya tienen a alguien que puede hacer lo que yo... y mejor, por lo que eso no me preocupa. Pero aquí, la policía es inútil; aunque los niños no puedan verme ni saber de mí, yo te ayudaré a cuidarlos.
Miho lo sabía. De hecho, ese era el motivo por el cual se habían conocido hace un par de años cuando ella recién comenzó a hacerse cargo del orfanato de forma oficial, ganando dinero por ello.
—¿Ya te he dicho que eso es lo que me gusta de ti? —musitó ella sonriendo apenada.
—¿Mmm?
—Eres muy protector.
—¿Eso es malo?
Ella negó con la cabeza.
—No, pero no quiero sentir que me aprovecho de tu gentileza.
—Puedes aprovecharte todo lo que quieras —dijo él con sencillez, aunque, Miho por medio segundo malinterpretó esas palabras, sonrojándose fuerte.
—No digas eso ni en broma, por favor.
—Como quieras.
Caminaron un poco más en silencio, cuando Miho volvió a hablar.
—Saga... gracias.
—FIN—
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Ⓣⓔ Ⓠⓤⓘⓔⓡⓞ.🅝🅞 🅣🅔 🅠🅤🅘🅔🅡🅞
Fanfiction【 13 parejas hetero 】Doce historias; doce santos. Casi... la misma situación. ¿Cómo reaccionarán los doce santos dorados al decirles, "te quiero" o "no te quiero"?