『"No te quiero"』Shura x OC

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Aclaraciones: Fic ubicado posterior a la batalla contra Hades y Loki; en universo alterno donde los santos son revividos.

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"No te quiero"

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Esa tarde ventosa y calurosa, Shura se hallaba contemplando el horizonte; el atardecer; luego de un extenuante día de entrenamiento. En esta ocasión, se enfrentó a Milo y Aioria, por separado, por supuesto. Y aunque ninguno de ellos peleó en serio, por obvias razones, cada uno notó que las fuerzas de sus compañeros estaban elevándose. Eso era algo bueno.

Aunque Hades, Poseidón y Loki, hayan sido derrotados, nadie en el Santuario debía confiarse ni por un segundo; los santos de bronce habían peleado en la última guerra hasta casi morir, y necesitaban un descanso, sobre todo Seiya. Lo cierto es que, dioses locos que ansiaban dominar el mundo y/o destruirlo, parecían ser algo de todos los días, así que ellos, como protectores, debían ir siempre un paso delante de todos ellos.

Pasando su cabello (el cual ya había crecido hasta su media espalda) hacia atrás, él decidió que ya era hora de volver a su hogar.

Sin embargo, al darse vuelta, no se esperó encontrarse con la silueta de una mujer cruzada de brazos cuya falda del vestido, ondeaba con el viento.

—Tú —musitó Shura reconociéndola.

Cabello corto, castaño y lacio, ojos marrones, piel bronceada y...

—¡Sí, soy yo!

Una actitud del carajo que él no terminaba de entender.

—¿Qué buscas aquí? —preguntó Shura.

—Todavía lo preguntas. ¡Desvergonzado!

—¿Y se puede saber en qué te basas para llamarme así? —no perdiendo la calma, se puso a caminar en dirección a su destino: cualquiera que no sea donde ella estuviese.

Había muchas cosas que él no toleraba, y una de ellas, eran las personas escandalosas.

—¿Quieres que te extienda la lista? —preguntó con sarcasmo.

—Oh, sí. Hazme el favor —pidió del mismo modo, sabiendo que esa lista se reducía a una sola cosa.

A ella le costaba seguirlo, Shura lo detectó por lo agitada que se escuchaba atrás de él... así que, estúpidamente, caminó más despacio.

—No me has pagado la botella de ouzo que rompiste.

Aquí vamos.

—Eso fue antier. Te dije que la pagaría —le recordó.

Eso Shura pensaba hacer; lo había prometido; pero en las últimas horas no había tenido tiempo ni de rascarse el culo, cuanto menos ir hacia una taberna y pagar unas cuantas monedas por una estúpida botella de licor.

—Págala ya —exigió—, mi jefe me la ha descontado de mi salario hoy, y si no vengo acá a exigirte el dinero, seguro lo habrías "olvidado" —enojada, hizo comillas con sus dedos.

—Has de pensar que tengo todo el tiempo del mundo para visitar tabernas.

—No me interesa en qué uses tu tiempo, sólo págame. Necesito mi dinero de vuelta, ¿sabes todo lo que un pueblerino de este sitio gasta por día? No puedo darme el lujo de esperar hasta que a ti se te dé la gana.

Shura puso los ojos en blanco. Maldito el momento en el que se echó la culpa por la botella que se le cayó a Afrodita cuando estaba discutiendo con Death Mask, en medio de la ebriedad.

—Y ahora te crees que soy un jodido banco y llevo dinero a todas partes. No tengo nada conmigo ahora, ¿no puedes esperar hasta mañana?

Y eso considerando que el Patriarca no le asigne una tarea que le llevase horas.

—No —espetó ella.

—Bien —resopló luego de inhalar profundo—. Pero, si quieres tu jodido dinero hoy, vas a tener que caminar conmigo los más de mil escalones hacia Capricornio y luego descenderlas. Eso te llevará horas —advirtió por lo bajo.

—¿Y no puedes subirlas tú y bajarlas a esa supuesta velocidad de la luz?

—Podría, pero no lo haré.

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! —exclamó enojada.

—Porque tengo demasiadas cosas por hacer, tengo los segundos contados y tengo tantas ganas de salir de este importantísimo lío como tú —le espetó, también irritado—. Así que subes conmigo hasta Capricornio o esperas hasta mañana, tú eliges.

Shura detuvo sus pasos y se giró hacia ella para mirarse mutuamente.

Él sabía que estaba enojada, pero nada le daba el derecho de ir a cuestionarle como si hablase con un ladrón.

Además, ¿qué era esa petulancia? ¡Ja! Ahora resulta que esta mujer se creía que podía darle órdenes a él por una insignificante deuda de dinero.

Si tan poco le pagaban en ese trabajo suyo, que se buscase otro sitio para laburar; claro, le sería difícil, pero si se esforzaba y moderaba esa actitud, no le sería imposible hallar un sitio mejor.

Ella frunció el ceño, lo meditó y lo meditó.

—No tienes idea de lo mucho que te odio —bisbiseó cual serpiente.

Shura le sonrió con burla.

—No me digas —usó el sarcasmo otra vez—, casi haces que me importe; pero, no, no lo lograste. ¿Y bien? —se puso serio.

Ella desvió su mirada hacia el suelo, luego hacia un lado; al final, lo miró.

—Mañana temprano —enfadada, lo apuntó con el dedo índice, como si lo amenazase.

Cualquier otro que hubiese hecho eso, ya estaría extrañando esa extremidad, pero Shura no iba a hacerle eso a una pobre miserable que tenía que mendigar el pago de una estúpida botella de ouzo para seguir viviendo.

—Mañana temprano —accedió Shura, posteriormente oyendo la dirección de la casa de la chica para irle a dejar el dinero, luego la miró irse hasta perderse en medio de la negrura de la noche. «No vuelvo a salir con Afrodita y Death Mask. Si no termino cargando sus traseros de vuelta a sus casas, termino pagando sus deudas» pensó con resentimiento, yendo por fin a su propio hogar.

—FIN—

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