Aclaraciones: Fic ubicado posterior a la batalla contra Hades y Loki; en universo alterno donde los santos son revividos.
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"No te quiero"
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Al oír por medio de un mensajero, que el santo dorado de leo la necesitaba con urgencia en un viejo coliseo cercano al mar, Marin de Águila caminó a su paso normal hacia dicho sitio.
—¿Acaso buscas generar sospechas? —dijo seria, sobre la máscara que cubría su rostro.
De uno de los quebrados pilares alrededor del coliseo que ya casi nadie visitaba, dejó de esconderse el santo de leo, Aioria.
—No me importa eso —respondió en el mismo tono—. ¿Y bien?
—¿Y bien qué? Tú fuiste el que me mandó a llamar.
—Sí, porque quiero que de una buena vez me digas lo que te ocurre, Marin.
—¿A qué te refieres?
—Me refiero a nosotros.
—¿"Nosotros", Aioria? —Marin se mantuvo impasible.
El santo puso los ojos en blanco.
—¡A eso me refiero! —demostrando tristeza, se acercó a ella—. ¿Qué pasa contigo? Te recuerdo que tú fuiste la que se negó a hacer lo nuestro oficial antes de la guerra contra Hades. Ahora que todo terminó y no hay qué temer porque Athena pronto levantará esa ridícula norma de las máscaras y esa otra que impide las relaciones entre santos... ¿dices que no hay nada? De verdad... ¿qué te ocurre?
Cruzándose de brazos, Marin desvió la cara aunque no tenía por qué hacerlo ya que la máscara la cubría bien.
—Marin...
—¿Te suena el nombre Lyfia?
El león parpadeó confundido.
—Sí. La sucesora de Hilda como representante del dios Odín en Asgard.
—Ajá, ¿y bien?
—¿Y bien qué? ¿A qué te refieres? —musitó viendo venir algo que nunca antes había pasado entre ellos: una escena de celos sin fundamentos—, ¿acaso piensas que te he traicionado con Lyfia? ¡Eso no!
Marin descruzó sus brazos, se quitó la máscara y miró a Aioria con el ceño fruncido.
—¡Ya sé que no serías capaz de eso, tonto! Te mataría si así fuese —bufó un poco melancólica, entrecerrando sus ojos, volviéndose a poner la máscara—. Es algo más, y hasta que no te disculpes por eso, ¡no te quiero! ¡Y no te quiero ver!
Más confundido que al principio, Aioria la vio irse; su cerebro no encontraba la razón por la que Marin estaba riñéndole... y evitándole, sin embargo, su boca se mandó sola al gritar:
—¡Me amas y lo sabes, Marin!
La amazona, ignorando aquella verdad, siguió andando, recordando una interesante carta que llegó hace poco desde Asgard bajo la firma de Lyfia.
"Saludos. Me costó mucho encontrarte, Marin de Águila.
Sé que no me conoces, pero siento que yo a ti sí por todas las maravillas que he oído por parte de Aioria.
Mi nombre es Lyfia, y en representación de Asgard, quiero decir una vez más que estoy muy agradecida por toda la ayuda que recibimos por parte de los santos de Athena.
Fue difícil saber a quién mandar esta carta; Aioria se negó a decirme tu nombre antes de irse a Grecia; sin embargo, el motivo por el cual te escribo, además de mis sinceros agradecimientos, es para felicitarte.
Tienes a un hombre fabuloso amándote. Yo también tengo a alguien muy especial aquí en mi hogar.
Les deseo mucha felicidad a ambos.
Espero que algún día puedan visitarme en Asgard. Serán bienvenidos
—Lyfia".
Sí...
Marin sabía que Aioria es un gran hombre; que nunca la traicionaría con nadie... sin embargo...
«¿Cómo se le pudo haber ocurrido hablar de mí, y omitir mi nombre a voluntad? Imperdonable» pensó, cada vez menos irritada.
—FIN—
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Ⓣⓔ Ⓠⓤⓘⓔⓡⓞ.🅝🅞 🅣🅔 🅠🅤🅘🅔🅡🅞
Fanfiction【 13 parejas hetero 】Doce historias; doce santos. Casi... la misma situación. ¿Cómo reaccionarán los doce santos dorados al decirles, "te quiero" o "no te quiero"?