CRITICAL - Ale y Ana (Adaptación)

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Salí de prisa pero sin hacer ruido por la puerta trasera de mi casa. Mis pies rápidamente se dirigieron de camino hacia la casa de Alejandra.

No tardé demasiado en llegar, eran las dos y media de la madrugada, la verdad esperaba que nadie me abriera la puerta a esas horas, pero al acercarme a la puerta me sorprendí al ver la luz del porche prendida y a Alejandra sentada en una de las sillas con un libro extraño frente a ella.

"Hey." Susurré para no alarmarla. Ella levantó la cabeza y me di cuenta de la manera en que su nariz se movió.

"¿Ana?" preguntó, haciéndome sonreír.

"Sí, soy yo, hola." Subí los escalones y ya estaba parada frente a donde ella estaba sentada.

"¿Qué haces aquí?" su ceño se frunció mientras se quitaba las gafas negras.

"¿No es un poco tarde para que estés acá con un libro?" pregunté tomando el libro de la mesa. Era uno de esos que son para personas ciegas.

"Yo te pregunté primero." Atacó haciendo que no dejara de ver sus lindos ojos, que ahora parecían algo preocupados.

"Tuve una pesadilla." Le expliqué sentándome en la silla a su lado.

"Entonces, ¿cada vez que tengas una pesadilla piensas venir a mi casa en medio de la madrugada?" Su voz sonaba burlona, y alcancé a admirar una de sus sonrisas torcidas.

"Tentador, ¿cierto?" dije y ella rió por lo bajo "ahora tú dime."

"No puedo dormir." Se encogió de hombros.

"¿Lo haces muy seguido?" ella asintió "¿y tu madre sabe que lo haces?" ahora negó con una mueca.

"Si fuera por ella yo ni siquiera sacara un pie de la casa."

"Eso debe ser tedioso." Me puse frente a ella para poder ver bien sus ojos.

"Solo un poco, sé que ella está preocupada por mí."

"¿Siempre fue así?"

"No, hubo un tiempo que si me dejaba hacer las cosas por mí misma sin quejarse..."

"¿Y qué pasó?" mi curiosidad volvía a atacar. Alejandra se mantuvo callada.

"Pasaron muchas cosas, y cuando nos mudamos un poco más lejos de la playa, ella se puso histérica, y ahora debo hacer lo que ella quiera."

"¿Y por qué se mudaron, Alejandra?" pregunté acercándome más a ella.

"Son muchas preguntas para una sola madrugada, Ana." respondió pasando sus manos por encima del libro y quitándolo de mi regazo.

"Sólo quiero saber más de ti." Vacilé mientras movía mi cara cerca de su rostro.

"Me gustaría que lo intentaras."

En ese momento entré en el peor de los pánicos de mi vida. Alejandra se acercó a mí y pude sentir cómo sus ojos me penetraban, sin siquiera poder mirarme.

"¿Segura?" Intenté parecer relajada con la situación, aunque por dentro estaba que me cagaba en mis pantalones. Entonces para mi suerte me escuché de lo más genial que pude en mi vida. Cuando ella no dijo nada y rozó sus labios con los míos, mi respiración se agitó. La punta de sus labios tocó la comisura de los míos y mi corazón sintió un aleteo constante.

"¿Para qué viniste, Ana?" Su voz estaba calmada.

"Ya te lo dije, tuve una pesadilla."

"¿De qué trataba tu pesadilla?" Recorrió su mano entre su cabello haciendo que me desconcentrara.