Mi mano estaba sujeta a la de Ale mientras caminábamos hacia la entrada de una sala.
Hoy sería el día que iba a conocer a su héroe: Zayn, y a su, aparentemente, mejor amiga: Irene. Me sentía nerviosa porque, uno, Zayn era el tipo que la había salvado cuando niña y, dos, porque estaba algo celosa por ese hecho.
Entramos y ella me indicó a dónde ir. Con su vara golpeó el suelo y soltó mi mano, avanzó dejándome ahí para hablar con una señora en un escritorio.
La sala de color beige estaba algo solitaria, a excepción de dos chicas sentadas en el sillón rojo vino al centro, y un chico leyendo una revista en la esquina, solo.
Alejandra volvió y tomó mi brazo.
"Están en sesión, pero no llegamos tan tarde... Así que podemos entrar," me informó haciendo que la siguiera.
"Quisiera saber qué vamos a hacer en una sesión... Pensaba que conocería a Zayn y a Irene..."
"Eso vamos a hacer, Ana." me avisó dirigiéndome a un pasillo lleno de puertas, fuimos a la del final.
Se escuchaban cuchicheos dentro de la sala. Cuando Ale tocó, una voz masculina calló.
"¡Adelante!" gritó y mi novia giró la perilla de la puerta para abrirla.
Me encontré con un salón de clases normal. A excepción de que el maestro era un tipo de cabello negro, piel morena y aparentemente guapo, que estaba sentado en el escritorio, a simple vista se podría decir que era un modelo de revistas caras, ésas que no puedes comprar pero las hojeas cuando esperas a que tu madre termine las compras. Los asientos estaban acomodados en un medio círculo, de manera que el escritorio del profesor quedaba a la vista de todos, hipotéticamente. Algunos de los chicos que estaban en los asientos de clase veían hacia la nada y otros tenían puestos lentes negros. Todos llevaban sus varas, unos las sostenían en sus manos y otros las traían dobladas encima de su escritorio. Obviamente tenían la misma condición que Ale.
"¡Alejandra!" El tipo encargado gritó, como si fuera una amiga que no había visto hace mucho. Se levantó de donde estaba y abrazó a Ale sonriendo.
"¡Zayn!" ella reciprocó el abrazo y luego se apartó para tomar mi brazo y asegurar mi lugar a su lado, "ella es Ana." Me presentó. Zayn me sonrió y estiró su brazo para saludarme.
"Hola," sonrió, "un verdadero gusto." Le estreché la mano con la mía y sonreí. De alguna forma me daba algo de confianza
"Lo mismo digo," dije, "soy Ana."
"Sí, escuché tu nombre." Volvió a sonreír, y recordé que Ale ya me había presentado.
"Oh, lo siento, es que... Soy un poco muy torpe." Expliqué. Ale rió y tomó mi brazo para luego entrelazar nuestras manos.
"No está actuando." Le dijo mi novia a su amigo, sonriendo.
"Bueno, pasen." El moreno volvió a su asiento. Ale apretó mi mano para comenzar a caminar.
Había dos lugares vacíos, pero separados. Así que ella se sentó con una chica morena y yo con un chico de cabello rizado.
Zayn era el consejero de aquél grupo de chicos ciegos. Les daba pláticas acerca de lo bella que es la vida de cada uno. Les reunía ahí y les enseñaba cómo llevar una vida normal. Él contó su historia para los nuevos; en donde me incluían a mí, a dos chicos y tres chicas, en total éramos diecinueve.
Entonces regresemos a la historia de Zayn. Sus padres, ambos, son ciegos. Quedaron ciegos antes de conocerse. Su mamá tuvo un accidente con sus padres, y así perdió totalmente la vista. Y su padre desarrolló esa condición con el tiempo. Se conocieron en un lugar como éste y lo demás es historia. Él ha estado yendo a hacerse análisis anualmente para cerciorarse de que la genética no funcione en él, y está sano. Zayn da éstas pláticas como voluntario sin paga, porque siente que debe hacerlo. Su historia fue tan corta como eso, pero fue fascinante, no sé por qué.
La plática duró una hora y media. Al salir fui directo con Ale y ella estaba riendo con la chica morena a su lado.
"Hey." Me hice presente, interrumpiendo sus risas.
"Ana," sonrió Ale, "ella es Irene, es mi mejor amiga." La chica estiró la mano para saludarme.
"Hola," dije amablemente, "soy Ana," avisé.
"Estábamos por ir a comer algo," dijo Ale, pero no estaba segura si era para mí o para Irene, "¿nos quieres acompañar, Ire?" Ahora lo supe.
"Claro." Aceptó ella levantándose de su asiento, Ale haciendo lo mismo.
"¿A dónde vamos?" Pregunté frunciendo el ceño. No tenía idea.
"Vamos a invitar a Zyan." Dijo Ale. Me ignoró. Ok. Cuando Irene vociferó un 'sí', Ale me tomó del brazo para que la guiara hacia donde estaba su amigo.
"¿Cómo por qué me ignoras?" Quise saber, susurrándole al oído.
"Te dije que quería que conocieras a mis mejores amigos," explicó, "pero una plática motivadora no es suficiente para que los conozcas... O ellos a ti."
Irene ya había llegado al escritorio de Zayn y le invitó con nosotras.
"Así que vamos a comer;" se frotó las manos como si tuviera frío, su sonrisa aún en él, "¿a dónde vamos?"
"A comer." Dije. Irene y él rieron. Ale apretó mi brazo.
"Vamos a ver mientras caminamos." Avisó mi novia. Irene y Zayn se dieron la vuelta para salir de la sala, ella tomada del brazo de él. Luego salimos Ale y yo tras ellos.
Podría decir que al principio pensé que esto iba a ser un desastre pero... No.
Irene era una persona increíblemente divertida, estuvo burlándose de Ale toda la hora que pasamos en un pub en donde vendían sándwich, y en cada ocasión ambas chocábamos los cinco. Zayn era demasiado lindo para ser real. Reía de cualquier cosa, y entre él y Ale no podría haber tanto amor de hermanos, él la molestaba, como un hermano mayor.
Al término de nuestro encuentro, Zayn acompañó a Irene a su casa, y Ale y yo fuimos al acantilado a tirar piedras. Aunque soy yo la que está tirándolas, mientras ella me habla de cosas. Eso llevábamos haciendo desde que nos hicimos novias, hace dos semanas.
El aire estaba relajado. Había veces en las que estuvimos aquí y no dejaba de soplar, igual seguía siendo hermoso.
Ale estaba sentada en una gran piedra con su vara entre sus manos.
"¿Y desde cuándo empezaron esas pláticas?" Pregunté vagamente.
"No tengo idea... Las conocí por Zayn," respondió, "de hecho conozco a Irene también por Zayn..." sonrió, "le debo mucho a ése idiota."
"Zayn es lindo, como que siempre está sonriendo y eso." Dije encogiéndome de hombros.
"Alguien viene." Ale se alarmó. Agudicé mi oído y escuché unas pisadas acercándose. Dos cuerpos se dejaron ver.
"Hola, Ana." dijo. Eran Dylan y Jacob.
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CRITICAL - Ale y Ana (Adaptación)
Fanfiction¿Qué pasa cuando llegas a una nueva ciudad sin conocer a absolutamente nadie? ¿Cuándo te encuentras a una desconocida con una historia misteriosa? ¿Qué pasa cuando tu curiosidad te hace sentir otra cosa? ¿Y si logras ver a una chica hermosa pero ell...