CRITICAL - Ale y Ana (Adaptación)

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Era el día del baile de invierno, habíamos salido antes para arreglarnos y todo eso. Usualmente, en la escuela de Míchigan los bailes eran en el gimnasio pero parece que en Jacksonville se hacían en el patio de la escuela, así que me emocionó esa parte del día.

A la salida Lucy y Emma me alcanzaron para pasar el rato en el centro de la ciudad antes de ir a la casa de Lucy para arreglarnos.

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Estábamos sentadas fuera de un café mientras hablábamos de nuestras parejas, aunque la verdad yo sólo me burlaba de Emma e Isaac, de la manera que se verían en la noche.

Entonces un leve brillo hizo que levantara la vista y me encontrara con alguien, no era ella, era su madre. Estaba hablando con un hombre que no reconocí, me quedé en shock mirando a la madre de Alejandra.

Me levanté de inmediato de la silla con un movimiento brusco haciendo que Lucy y Emma se preocuparan por mi comportamiento.

"¿Te pasa algo, Ana?" Escuché a Lucy. Parpadeé varias veces asegurándome de que mi vista no me estaba engañando. Ahí seguía.

"Si, yo solo..." comencé tomando mi mochila "debo irme."

"Espera, dijimos que iríamos donde Lucy." Emma me tomó del brazo.

"Lo sé, pero recordé algo que me pidió mi mamá, y debo irme, lo siento, nos vemos en el baile." Terminé rápidamente antes de que me detuvieran y salí casi corriendo del local.

Demonios, si su madre estaba paseando libremente por la zona, seguramente Alejandra estaba en casa. Corrí lo más rápido que pude haciendo que mi garganta ardiera y mis pulmones lucharan por aire cuando llegué. La casa estaba como siempre, en éstos dos meses se notaba bastante habitable. Me di cuenta de que no estaba el auto de su familia, entonces fue cuando mis lágrimas comenzaron a escocer mis ojos, seguro ella no había regresado, tal vez sólo su madre había venido por asuntos de ella.

Me senté en los escalones del porche y escondí mi cabeza entre mis rodillas, si iba a llorar, lo iba a hacer bien.

Mi corazón golpeó fuertemente cuando escuché de cerca los golpes de una vara contra el suelo. Al levantar la vista ella estaba parada a mi lado. Me levanté de un salto y sin pensar la rodeé con mis brazos a su alrededor. Alejandra no se movió, pero me regresó el abrazo, lo que se sintió magnífico, si me lo preguntan.

"¿En dónde estuviste?" mi desesperación por tenerla en mis brazos no cesó, así que seguía sujetándola, "me preocupé, Alejandra, pensé que me odiabas, o peor... Que no besaba bien."

"Ana, cálmate," contestó entre risas, alejándose un poco y llevando sus manos a mis brazos, "mi madre no tarda en regresar, yo sólo la acompañé porque tengo cita con mi doctor y ella necesitaba vigilar un rato la casa."

Antes de que dijera otra cosa, choqué bruscamente mis labios con los suyos, ella reaccionó moviendo la boca en son de la mía.

"No te vuelvas a ir, por favor." Rogué cuando me separó de ella para respirar, mi beso la había tomado por sorpresa, supongo.

"Ana, ella me llevará de nuevo." Avisó soltándose por completo de mí.

"¿A dónde?" Pregunté poniendo mis manos en su cintura, yo en serio no quería que se fuera de nuevo. Ella abrió la boca pero la cerró de nuevo.

"Escucha, dentro de tres días estaremos de vuelta, y te prometo que te diré todo lo que quieras saber, pero ahora por favor vete, Ana."

Parpadeé asimilando lo que me acababa de decir, pero lo decía en serio.

"No, Alejandra." Contesté negando.

"Ana, mi mamá está llegando, sólo vete y regresa en tres días, te prometo que estaré aquí, en serio."

Renegué soltándola y decidiéndome si irme o no. Pero su rostro se veía verdaderamente preocupado, así que acepté tomando mi mochila, que estuvo tirada en el suelo, me la puse sobre mis hombros, pero antes de salir por completo de ahí, besé suavemente sus labios.

"Te voy a estar esperando, Alejandra," ella asintió "siempre."

Y al escuchar el ruido de dos llantas corrí al patio trasero y salí de ese lugar con la sensación de sus labios sobre los míos.