la calidez de una mañana

253 27 5
                                    







El sol se acerca y no pueden esperar

La calidez de la mañana lo parece querer matar.

Tanjiro se permitió soltar un suspiro de sorpresa, sus compañeros habían llegado y lo estaban ayudando, era como un sueño, estaban bien y además estaban en condiciones de pelear, tenia esperanzas de que ganarían

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




Tanjiro se permitió soltar un suspiro de sorpresa, sus compañeros habían llegado y lo estaban ayudando, era como un sueño, estaban bien y además estaban en condiciones de pelear, tenia esperanzas de que ganarían. Muzan seguía lanzando ondas de energía y atacando por doquier, pero ahora ya no estaba luchando solo.

Esto lo motivo increíblemente y sus posturas lograron ser mas certeras, el amanecer se acercaba. Pero Muzan no permitiría eso, unos simples humanos no podrían con un demonio, unos simples humanos no podrían contra un ser tan perfecto como el, imposible.

De una fuerte onda los mando a volar, ahora solo faltaba matarlos.

Antes de poder pensar en acercarse algo perforo con fuerza la frente de Muzan, dejándolo clavado en la pared, no pudo evitar soltar un jadeo de sorpresa seguido por un gruñido de dolor.

Tanjiro giro, instantáneamente topándose con la imagen de Fumiko apoyándose en una gran piedra o tal vez unos escombros de alguna casa cercana, jadeando agotada y bañada en sudor, ese simple movimiento fue un esfuerzo increíble para ella.

Se deslizo agotada hasta tocar el suelo - hah..hah - intentaba recuperar su respiración, por lo menos les daría unos segundos a sus compañeros pero eso a cambio de que Muzan supiera donde se escondía.

Fumiko no pudo evitar sonreír, le robo esa idea a Tanjiro cuando cegado por la ira le lanzo su katana a Akaza, el pelirrojo había sido una influencia excelente para todos.

- Tenemos que movernos, si Muzan nos ataca en este estado nos matara y ahora ya sabe donde nos encontramos - explico con seriedad, Akane asintió con la cabeza.

Aun de rodillas, Fumiko paso su brazo por la cintura de Akane, formando un agarre fuerte y seguro, la pelinegra se aferro a sus hombros y como pudieron se levantaron, dispuestas a caminar pues si seguían ahí solo serian un estorbo.

Akane chasqueo la lengua, era increíblemente difícil moverse sin un pie, mas de lo que de por si ya creía que seria. Había perdido todo el equilibrio, no era como saltar en un pie para nada, sentía que un peso le faltaba, había alterado todo.

-Te dejare con unos Kakushis para que te lleven a la zona segura junto con el resto de incapacitados para pelea - explico Fumiko, sangre y sudor manchaban sus uniformes, Akane asintió derrotada, sabia que mientras mas rápido lo aceptara mejor.

No lograron dar ni un paso cuando recibieron un vago ataque de Muzan, su revancha claro, por arruinarle sus planes de esa manera, pero ese vago y hasta débil movimiento logro lanzar a las dos jóvenes contra el suelo. Fumiko estaba tan débil, que el simple impacto la desmayo momentáneamente.

Glicinas de Invierno: Fuyu no FujiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora