Los gases del pantano, perritos calientes cocidos al vapor y cerveza agriada flotaron por el aire hasta JungKook y sus hermanos, cuando se posaron en una azotea por encima del caos que era Bourbon Street.
Había rumores de vampiros corriendo por Nueva Orleans.
¿Vampiros en Louisiana? Inaudito.
Si sólo hubiera sido una historia de sanguijuelas, entonces él, Baekhyun y Lisa estarían de vuelta en Val Hall, su mansión del bayou, jugando videojuegos. Pero un amigo demonio había jurado que había visto uno, y un fantasma había susurrado que no sólo había una facción de vampiros, sino dos.
Los ojos de JungKook pasaron velozmente por el panorama, intentando permanecer concentrado y no darse cuenta de las parejas que se frotaban frenéticamente, unos contra otros, en los callejones oscuros. Si Jimin estuviera aquí les soplaría un beso y los enfriaría, congelando las manos en los culos, en mitad del magreo y haciendo que sus hermanos rieran y rodaran por la azotea. JungKook supuso que el Valkiria estaría entretenido fácilmente.
Pero concentrarse estaba resultando inútil desde que el corazón se le había acelerado con la idea de vampiros aquí. Si por alguna razón habían venido al Nuevo Mundo (el cual la Horda había encontrado históricamente vulgar y por debajo de ellos) aun así eso no quería decir que fuera él.
Taehyung. Uno de sus verdaderos arrepentimientos en la vida.
Cada día, meditaba que no debería haber dejado que el vampiro sufriera, debería haberle matado.
Baekhyun lanzó su hoja hacia arriba, cogió la punta con su garra, luego la tiró una vez más.
—Sabes, no creo que haya vampiros reales aquí, porque es un rumor absurdo, pero si estuvieran, deberían saber que éste es nuestro territorio.
—¿Deberíamos pedirles para luchar? ¿O tal vez machacarlos? —Preguntó Lisa mientras se trenzaba con rapidez el pelo negro hasta la cintura—. He oído que estos pueden ser la ruina de los cementerios, —incluso luciendo el peinado pasado de moda y una ocasional mirada confusa, veía el futuro más claramente que el presente, Lisa todavía parecía una supermodelo.
—Lo digo en serio —dijo Baekhyun—. Nueva Orleans puede haber sido una vez el crisol místico del mundo, pero nosotros controlamos ahora este lugar.
—Siempre podemos enviar a JungKook el Admirador de los Vampiros a combatirlos —dijo Lisa pensativamente —. ¡Oh, espera! escaparía corriendo con ellos.
Baekhyun añadió:
—O usaría su famoso "lengua de asalto" para flagelar la piel de sus cuerpos mientras ellos inexplicablemente se pondrían en fila para sacrificarse a si mismos.
—Ja, ja, ja y ja —murmuró JungKook, medio escuchando. Le habían estado tomando el pelo con esto continuamente. Y se lo merecía. Bien podía haber sido pillado fumando coca con el fantasma de Bundy. Naturalmente los otros habían alcanzado a oír las bromas en el aquelarre y la noticia se extendió. Incluso las demás facciones del Lore (como las ninfas, esas pequeñas busconas) susurraban sobre su repugnante predilección por los vampiros. Pero no era por los vampiros en plural, sino por uno en particular.
Taehyung. Él tembló. Con sus lentos, calientes dedos...
En su cama por la noche, cuando se tocaba, siempre fantaseaba con él, recordando su pecho duro y su más dura vara, imaginando su ferocidad, su intensidad, si alguna vez lo encontraba de nuevo.
Sinceramente, pensaba que debía haberlo encontrado a estas alturas. Le había, ¿accidentalmente?, dado su sangre, posiblemente dándole sus recuerdos, lo que podía conducirle directamente aquí. Él a menudo meditaba sobre aquel imprudente beso. No había tenido intención apreciable de darle su sangre, pero ¿no había sabido en el fondo de su mente que sus colmillos serían cuchillas afiladas con la llegada de sus hermanos? ¿Había querido que lo encontrara?
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El Señor de la Guerra || TaeKook Adap
RandomVarios siglos atrás, Kim Taehyung fue un despiadado guerrero humano. Convertido en general del ejército de los vampiros, ha iniciado una incansable búsqueda de su alma gemela, única que podrá devolverle a la vida. Jungkook pertenece a la raza valkir...