Taehyung salió disparado de la cama, sintiéndose asqueado, físicamente enfermo por sus pesadillas.
Había sido azotado por el usual sueño en el que JungKook se regodeaba en una tumba, luego el romano lo acariciaba, mientras él desabotonaba lentamente la camisa que portaba.
—Te poseeré Jungkook el Codiciado...
En cada instante los recuerdos se hacían más nítidos y detallados. Esta vez había oído que a JungKook le divertía la idea, dicha en sus palabras.
—Nadie me posee, sólo en tus fantasías... —Te mataré tan fácilmente cuando te bese…—. Y seré tuyo, sólo tuyo, —ronroneó, aunque lo detestara.
Ahora había visto algo nuevo. Un recuerdo diferente y más reciente. JungKook estaba alisando su manga, su pie se posaba delicadamente en la cama, cuando él tomó una decisión para… ¿Se engañaba? Para actuar como si hubiera fácilmente desistido de liberarse de sus ataduras.
Jugar en el amor y fingir rendición.
Sostuvo su frente en la mano. Irracionalmente, esperó el suave toque de su mano en la espalda. El era su novio, su esposo, y nunca le ofreció consuelo.
Ese impulso que JungKook tuvo era sincero, puede que no, desde que todavía en secreto le ordenaba dormir durante el día. Así que no se escaparía de él y empezaría el tormento otra vez.
“Te mataré tan fácilmente cuando te bese…”.
Había imaginado que tenían un punto desde donde empezar, desde donde andar, pero había sido engañado por su belleza y despreocupación. Lo había seducido, se cercioró que "tomara" trabajosamente su cuerpo esa misma noche, sabiendo que él perdería el juicio al verlo.
Fue tan tonto como el romano, enamorado de una fantasía que no existía. Por lo menos el antiguo—muerto Romano no había sufrido el engaño de que él lo cuidaría. Había sabido que era incapaz de sentimientos y aun así sólo había querido poseerlo.
Taehyung había caído en una fantasía, una que fácilmente lo manipuló.
JungKook deseaba su libertad y utilizaría cualquier medio que tuviera disponible para conseguirla, desapareciendo tan pronto como tuviera éxito.
¡Tonto!
.
.
.Cuándo Kook despertó, se escondió debajo de las sabanas, sintiéndose relajado y satisfecho por todas partes.
Hoy era el día D, el día en que le entregaría la cadena, el fin de la manifestación que realizará como resultado del intercambio.
Se acurrucó en su almohada, adorando su olor, y consideró sus nuevos sentimientos. Había temido por su vida cuando se enteró que, al terminar el minuto, él había prometido devolverle la cadena. Fue un salto de fe por parte de Taehyung y él había respondido a eso. Respondido con la misma moneda. Era un poco irónico que hubiera planeado a escondidas del chico que él mismo se enredara en sus propias maquinaciones. Había aguantado sólo unos pocos días de juego fácil hasta que se fue. Fácil, este joven hombre fatal planeaba culminar su plan saltando ¡oh!, estrepitosamente en los brazos de él.
Sonrió en la almohada. Le daría devuelta la cadena, pero únicamente porque lo miraba tan condenada y descaradamente.
Cuando se levantó y estiró, encontró que Taehyung lo miraba. Sus labios se curvaron, pero él no le devolvió la sonrisa, apenas dio un vistazo a su cuerpo descubierto, cuando habló bruscamente.
—Ponte algunas ropas.
Se frotó la cabeza, frunciendo el entrecejo.
—¿Estas enojado conmigo? —generalmente era brusco cuando despertaban, pero podía afirmar que en esta ocasión era mucho peor. Estaba desconcertado por lo que podría haber sucedido desde que se había dormido, acurrucado otra vez contra el pecho de él, seguro bajo su poderoso brazo. Sus ojos mostraban de alguna forma locura y desolación al mismo tiempo, su cara estaba agotada. La alarma comenzó a formarse dentro de él.
ESTÁS LEYENDO
El Señor de la Guerra || TaeKook Adap
RandomVarios siglos atrás, Kim Taehyung fue un despiadado guerrero humano. Convertido en general del ejército de los vampiros, ha iniciado una incansable búsqueda de su alma gemela, única que podrá devolverle a la vida. Jungkook pertenece a la raza valkir...