-¿Me echaste de menos? Porque yo lo hice, -dijo cuando el guardia lo escoltó dentro del dormitorio de Taehyung. Éste por costumbre, se levantaba cuando entraba una dama o jóven delicado. Él le lanzó una sonrisa brillante-. Un guerrero caballero. Que buena imagen. -Se abanicó con la mano-. Creo que estoy enamorado.
Él no contestó, y a él no pareció importarle mientras examinaba despreocupadamente el cuarto.
-Un poco anticuado al estilo Drácula. No necesariamente lo que yo habría hecho, pero después de todo no necesito dispositivos resistentes al sol como podéis necesitarlos vosotros, -se encogió de hombros y después se dirigió hacia el cuarto de baño-. Si no te importa, voy a darme una ducha, -le dijo a la ligera por encima del hombro, haciéndole levantar las cejas.
En el umbral, se desabotonó la apretada blusa y se la sacó, dejando solamente otra blusa que usaba debajo pero de tirantes; suelta y delgada, negra transparente. Se dio la vuelta, hacia Taehyung, revelando su pecho apenas cubierto, sólo para que pudiese ver la carne cremosa desbordando del encaje, cuando se agachó para sacarse las botas. Lo que Taehyung no sabía era porqué.
¿Estaba realmente loco? La mayoría de la gente que lo estaba no pensaba que lo fuese, pero él parecía estar orgulloso de ello. Normalmente Taehyung era rápido en determinar los motivos de la gente. Sí, él quería su libertad, pero por alguna razón, el vampiro supo que no dormiría con él para conseguirla.
Si tuviese que adivinar, diría que simplemente a él no le parecía raro desnudarse delante de él y comportarse como en casa, en el dormitorio de un extraño. De hecho, sospechaba que para nada los veía como extraños. Mientras estaba quieto, escondiendo su sorpresa, él abrió el cierre de su pantalón de seda en su cadera, y este también cayó al suelo.
Una magnífica cadena de oro alrededor de la minúscula cintura captó su atención. Era inusual, el diseño parecía muy viejo, pero brillaba como nueva cuando el hombre se movía. Una vez que pudo apartar los ojos de la cadena, se concentró solamente en aquella minúscula blusa de encaje y en la escasa ropa interior negra, tan intrincada que de nuevo se quedó asombrado. Era como una obra de arte... o como una cinta adornando una...
Él le lanzó una sonrisa provocadora.
-¿Le gusta al vampiro? -Ronroneó, levantando la parte delantera de su blusa para lanzarla con sus otras ropas.
Tehyung frunció el ceño, porque sí, le gustaba. Mucho. Se pasó una mano por la boca, preguntándose si su trasero alto y abundante podría ser más hermoso. Él chico tenía pezones rosados coralinos, que él podría pasar horas lamiendo, y carne de alabastro que deseaba sostener y tocar. Taehyung comenzó a hablar, pero tuvo que toser en su puño para continuar.
-¿Te desnudarías delante de un vampiro incluso cuando no sabes su nombre?
Jadeó con falso horror y se cubrió el pecho con las manos.
-¡Tienes razón! Así que, ¿cuál es tu nombre?
-Mi respuesta vendrá tan pronto como la tuya. ¿Cuál te gustaría que fuera?
Sonrió ante eso, pero después contestó a la pregunta.
-Algún tipo de nombre adecuado para un jefe guerrero vampiro, más grande de lo normal y marcado por batallas.
¿Marcado por batallas? ¿Más grande de lo normal? Se preguntó porqué demonios le importaba cómo lo veía. Estaba divinamente formado, pero loco. Él se quedaría con sus cicatrices y su cordura.
-Kim Taehyung -soltó irritado.
Por un breve segundo creyó ver un parpadeo de reconocimiento. Pero entonces lo miró enarcando las cejas y susurró: -¡Oh! eso si que es bueno. Taehyung, ¿la antigua palabra para furia? Es una idea perfecta para un nombre. -Bajó las manos-. Simplemente te llamaré de esa forma-dijo. Después le echó un segundo vistazo, sacudiendo la cabeza con una sonrisa pesarosa, como si no pudiese creer que fuese tan listo.
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El Señor de la Guerra || TaeKook Adap
DiversosVarios siglos atrás, Kim Taehyung fue un despiadado guerrero humano. Convertido en general del ejército de los vampiros, ha iniciado una incansable búsqueda de su alma gemela, única que podrá devolverle a la vida. Jungkook pertenece a la raza valkir...