El Amor Se Consigue Fácil

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-Eres más bella de lo que cuentan las historias- dijo Helio mientras se arrodillaba para besar su mano.

El río era un lugar alejado donde casi nadie iba y por lo mismo era bello, con los últimos rayos de luz reflejándose en el agua y hierbas muy verdes dibujaban el borde.

–No eres de por aquí, lo puedo ver en la espada que portas – dijo Amaris ignorando casi cualquier cosa.

–Si, soy de Esferia– dijo mientras se sentaba en un tronco caído que se encontraba detrás de él.

–¿A qué se dedica?, ¿acaso es comerciante? – comentó mientras tomaba asiento a lado de Helio.

–Lamento desilucionarla pero soy el heredero al trono.

–¿No porta corona?

–Princesa, se que para usted no aplica porque cualquiera la reconocería pero para cualquier otro el hecho de no usar corona y vestir ropa común sirve como disfraz –  se tomó un momento para la vestimenta de la princesa – aunque su largo y elegante vestido tampoco le ayuda a pasar desapercibida.

–Le sorprenderá saber que aún así es de los mas sencillos que poseo, son algo extravagantes por aquí

Poco a poco comenzaron a tomar confianza, a la princesa ya le atraía desde que había visto por su ventana y era bastante agradable en persona, con la poca atención que recibía  caería rendida rápidamente.
Por su parte Helio iba con la intención de cautivarla con los que su madre consideraba sus encantos, aunque de igual manera no esperaba que fuera tan encantadora y no un témpano de hielo como se comentaba en sus tierras.

El tiempo libre de la princesa terminó y quedaron en verse el siguiente día en el mismo lugar y así fue.
Ella tomó un camino distinto está vez y él llego desde muy temprano.

Tuvieron una conversación amena hasta que el preguntó sobre la razón de la existencia de Amaris.

–Tengo que irme– dijo mientras se levantaba y su voz sonaba alterada.

–Lamento lo que dije– y sujeto la mano de Amaris –no te pediré que te quedes, puedes irte si deseas pero hoy regreso a mi reino–

–¿Ya no te veré más?

–Por supuesto que sí, pero sera dentro de un mes, mandare a mi ave mensajera a su ventana, puede mandar pequeñas cartas con ella.

Helio acortó la distancia entre ambos y beso la mejilla de la princesa para darse la vuelta e irse sin darle tiempo a Amaris de responder.

Ella volvió al castillo para sus deberes y pensaba en lo que había pasado y como su sonrojo al recordar podría deberse a un enamoramiento.

–Basta Amaris no puedes enamorarte en 2 días solo porque te mira como persona– se dijo a si misma pero cada vez estaba mas segura de que si estaba empezando a caer en un enamoramiento.

Por la noche cuando ya había terminado sus deberes Amaris se dirigió  a su habitación secreta en su alcoba, comenzó a investigar libros de hechizos donde encontro uno que revelaba vida pasaba de la persona a través de una carta del destino, así comenzó reunir de manera secreta los elementos necesarios.
En su reino estaban casi todos con excepción de Lagrimas de Mar, sabía donde conseguirlas pero era el reino de Trion, demasiado lejano para desear aparecer ahí y muy sospechoso pedir alguien fuera e incluso más difícil ir ella misma con permiso de los reyes.

Pasaron los días y el ave mensajera de Helio llego con una nota que decía

Princesa Amaris la extraño como no podría imaginar, cierro mis ojos y solo la veo a usted.
¿Me permite amarla?
H.

Claro que su corazón se derritió pero no sabría si lo que decía era en serio así que decidió poner a prueba al príncipe y a su vez conseguir el elemento que le faltaba.

Lo mismo puedo decir, pero para creerle y estar dispuesta a entregar mi corazón igual demuestreme no miente trayendo Lagrimas de Mar del reino Trion.
A.

Pero Amaris envuelta en entusiasmo y emoción no se percató que había un guardia vigilando y vio salir a un ave de la alcoba de la princesa, rápidamente alerto a los ancianos.

–Antiguos Ancianos he visto un ave salir de la alcoba, me parece era mensajera pero por la altura no pude distinguir bien. – y se retiro.

–Bien, esto es lo que se obtiene con haberla limitado tanto– dijo uno de los Ancianos parado en una esquina, ni siquiera podía verse su cara por lo oscuro que estaba.

–Todos fuimos parte de esto, solo hablemos con ella, resolvamoslo hablando quizá solo fue uno de los animales que desea para estudiar de cerca– Dijo Elder desde la mesa central.

–Esto es tu culpa– alzo la voz Brutis mientras se levantaba de su silla –le diste demasiada libertad, quizá planea escaparse o algo peor – señalo a la Anciana Brita –Bruja, has algo que nos permita saber a quien va dirigida esa ave–

Brita se sentó en el piso y dibujo con su dedo algo en la pequeña capa de polvo que había y recito un encantamiento. De ahí salio una luz verde y un cuervo verde transparentosa.
–Sigue el rastro del ave que envió Amaris Hija de la Luna Heredera del Trono de Selion– y la ave se marcho con una velocidad sorprendente.

–Gracias Brita. Deberé tomar el asunto en mis manos– dijo Brutis.

El anciano que se mantuvo en la esquina oscura todo el tiempo sonrió.

Todo continuó de manera normal.
A los dos días la águila mensajera del Principe Helio había vuelto y acepto la misión que le encomendó la princesa de Selion para así lograr estuviera en sus brazos.

La ave mágica de Brita también llegó a Esferia y vio como llegaba con Helio,así que cumplida su tarea regresó.

Helio por su parte se dirigió con su madre y pidió un caballo así como permiso para ausentarse por unos días, la reina aceptó.

Lo que no sabían era que desde el punto de vista del Anciano Brutis no era nada inocente, era un acto de guerra.

Amaris: Un trágico destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora