6-Rienda suelta al alcohol.

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Becca.

Me despierto acalorada y noto al instante por el peso en mi cintura de un brazo que me rodea que me había quedado dormida con Noah. Dios santo ¿Qué pensarán de mí los vecinos si sigo durmiendo cada noche con un chico diferente? A quien quiero engañar, poco me inquieta la reputación que pueda tener en este o cualquier lugar.

No lo había sentido en toda la noche hasta ahora que sentía mi cuerpo ardiendo -Este chico es como una calefacción viviente.- Me remuevo intentando zafarme de sus brazos pero me atrae más contra él -Mierda.- Escucho como gruñe ante mis intentos de separarme de su cuerpo y ruedo los ojos sin poder evitarlo,incluso dormidos son cavernícolas.

Chasqueo la lengua al ver que mis intentos por liberarme son inútiles ya que me sostiene como una ñiñita a su peluche en noches de tormenta.

Finalmente un poco estresada por no lograr mi cometido optó por despertarlo con una técnica muy eficiente. -A la mierda con no molestarlo.-

—Oye bella durmiente, despierta.— Golpeó y zarandeo su enorme cuerpo.

Luego de unos cuantos golpes, entre quejas apenas y abre sus ojos -Madre mía que tiene el sueño pesado.-

—¿Qué sucede? Me quedé dormido, lo siento.— Dice somnoliento.

—Al fin Aurora.— Me burlo. —Solo suéltame que tengo calor.—

—¿Calor? ¿Estás enferma? hay como máximo 8 grados.— Frunce el ceño y se aleja un poco de mi, dándome al fin un poco de espacio.

—Disculpa es que no estoy acostumbrada a dormir con un Balrog encima de mí.— Digo con ironía.

—¿Balrog? ¿En qué momento pasé de ser una princesa de disney a un monstruo?— Suelta una carcajada. —Eres muy elocuente, sabes.—

—Lo sé, mi encanto no es solo físico.— Sonreí traviesa.

Eran ya las 09:00 de la mañana así que me levanté con toda la flojera del mundo para poder irme. En este momento agradecía que viviéramos a tan solo un unas puertas de diferencia.

Las mañanas nunca habían sido mi parte favorita del día pero era consciente de que si las aprovechaba al máximo podría vagar por ahí el resto del día sin preocupaciones. -O casi siempre era así.-

Me había tomado muy enserio lo de vagar en las tardes pero no la parte de madrugar, así que se me habían acumulado unos cuantos trabajos prácticos. -Por favor no sean tan irresponsables como yo.- Ya cuando iba por el pasillo me cruzo con Lucas el cual hace un comentario lascivo sobre mi trasero que decido ignorar. -Aunque las ganas de darle un patada en el culo no me faltaban.-

Lucas era todo lo contrario que su hermano, era en ocasiones grosero, un donjuán que se creía dios y amo de la galaxia simplemente por ser atractivo. -Y bien por el, quien pudiera tener tal autoestima- Pero de su boca no salían nada más que puras idioteces y comentarios nefastos acerca de las chicas con las que frecuentaba. Todo un imbécil.

Por lo contrario Noah era gentil, mucho más interesante, aplicado, centrado e introvertido. Ahora entiendo esas historias en las que uno de dos gemelos era el bueno y el otro malvado.

Apenas llegó al apartamento me dirijo a la cocina para prepararme un café extra fuerte al cual le agrego un poco de whisky, ¿Por qué a quién no le gusta arrancar el día con un café Irlandés?.

Reúno la poca fuerza de voluntad que tengo a esta hora y me siento a estudiar lo más que pueda acerca de la construcción punitiva de los conflictos sociales y derecho penal, antes de que Eve se despierte y desaparezca la poca paz que me rodeaba.

Estúpido cliché.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora