Capítulo 3

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Harry odiaba la situación en la que se encontraba, todo era tan confuso y a la vez tan confortable que no sabía cómo sentirse. Pará empezar el profesor que desde el primer día se dedico a odiarlo lo estaba cuidando todo el día... bueno eso suponía el, ya que en la mayoría del día se pasaba durmiendo pero cuando se despertaba el estaba sentado a la par de el. Siempre cuidando que no necesitará algo, habían algunas ocasiones en que Harry no podía evitar preguntarse si así se sentía cuando un padre cuidaba a su hijo, pero descartaba ese pensamiento.

Harry ya llevaba más de diez días en la enfermería donde cada día conocía mejor a su profesor de pociones, nunca imagino que se acercaría y conocería tanto a su profesor, se sentía protegido estando en su compañía.

Todos los días llegaban los gemelos cada vez que tenían un poco de tiempo para poder distraer a Harry, pero muchas veces lo encontraban durmiendo, Madame Pomfrey les había explicado que era por que tenía anemia y por las pociones que le estaba tomando.

Ella no quiso decirle que quizá también se debía a que Harry tuviera depresión, era muy probable que la tuviera más aún con los cambios de ánimo que traía la anemia. Cuando encontraban a Harry despierto sacaban provecho para sacar más de alguna sonrisa del pequeño, que en estos días costaba más de que lo que esperaban, pero cuando lo hacían era un gran deleite para todos en la enfermería.

Por otro lado cuando Hermione y Ron lo llegaban a visitar el ambiente en su mayoría era tenso. La primera vez que Madame Pomfrey los dejó visitar a Harry, Ron se molesto por que los gemelos supieron antes que el por que Harry estaba en la enfermería cuando el es su mejor amigo, Hermione no sabía que hacer si ir tras Ron o quedarse con Harry. Los primero días decidió quedarse con el, pero cuando se dio cuenta en que no estaba realizando las tareas como ella quería poco a poco fue disminuyendo las visitas asta que casi no lo iba a ver y si ella no iba tampoco Ron.

Harry se sentía dolido por la ausencia de sus mejores amigos, no le ayudaba en nada con su situación, lo hacía dudar de sí mismo, le hacía preguntarse si sus amigos se quedarían si supieran que no es más que una zorra. No nadie se podía enterrar de lo que le había hecho Vernon, todos verían que no es el héroe que proclaman, todos lo odiarían cuando se enteraran, no definitivamente nadie se enteraría seria un secreto.

Decidió ir a ese jardín escondido en lo más profundo de su mente para poder estar en un lugar confortable, esperando encontrar a ese extraño ser que lo calmaba como nadie. Empezó a recorrer el sendero deleitando su vista con las extravagantes plantas que solo existían en su mente, si tan solo se pudiera quedar aquí, no tendría que protegerse de un mago poderoso, no tendría que fingir alguien que no era, todo sería más fácil sin duda.

Cuando llegó al campo de lirios negros se sentó y cerró los ojos para intentar sentir al otro ser, pero como los últimos días no había nadie ahí con el. Desde que llegó a Howards solo había sentida la presencia en su mente una sola vez, desde entonces pensaba casi todo el tiempo que significan aquellas palabras que apenas y pudo escuchar de ese ser, son tan confusas o tan vagas y con tantos posibles significados que no las puede entender. Si tan solo pudiera hablar otra vez con él para pedir una explicación o incluso solo sentirlo cerca un momento, pero no el es el maldito niño que vivió que nunca puede salir nada como el quiere.

Al no llegar a nada salió de su estado de meditación frustrado, cuando abrió los ojos se dio cuenta que no había nadie en la enfermería era su momento adecuado para huir de ahí. Pero no quiere enfrentar el mundo que se encuentra afuera de esas puertas, un mundo que le costó a Poppy mantener afuera, todos querían saber que le ocurría al chico dorado para mantenerlo tan aislado.

El se sentía seguro en su burbuja donde su profesor no lo odiaba, donde los gemelos se mantenían con el a pesar de saber que está manchado, donde no se tiene que preocupar por nada más que tomar su pociones y dormir.

OSCURODonde viven las historias. Descúbrelo ahora