Horacio se encontraba solo, pensativo y dubitativo, sentado en una banca de un parque. Apreciaba la belleza de la tarde con un cielo repleto de nubes grises que hicieron oscurecer la mayor parte del día, se acercaba alguna tormenta que parecía no llegar, las pocas corrientes de aire que habían hacían enfriar el ambiente y hacerlo agradable comparado a días anteriores dónde el sol en su máximo esplendor era el protagonista. Empezaba la llegada del invierno y con ello se aproximaba la que pudo haber sido su graduación de no ser por repetir año. Se sentía extraño, tenía sentimientos encontrados ya que éso conllevaba no volver a ver a Viktor, estaba tan centrado en su molestia que no se había dado cuenta de lo cerca que estaba no volver a saber nada de aquel, su amor platónico por casi 3 años y no es que supiera mucho de él, sabía lo que todos sabían, pero eso era mejor que nada. Un pequeño vacío había en su pecho y no sabía cuándo había aparecido, ¿Cómo debía de sentirse?, Acaso el sentirse extrañamente "triste" por ése hecho ¿podría llegar a considerarse infidelidad?, ¿Estaba bien sentirse así?, ¿acaso tenía algún tipo de relación romántica con Gustabo?, Como para sentirse tan culpable. Tenía que aclararse de una vez por todas, pero no sabía ni como empezar o como sobrellevar la situación, ¿a quién podía acudir para que le brindara consejos?, todas esas preguntas lo único que habían conseguido era que se sentiera solo.
El bicolor, cabizbajo, hundido en sus pensamientos fue sorprendido por el sonido y la vibración de su móvil que provenía del bolsillo de su pantalón, cuando lo sacó se dió cuenta que quién le llamaba era Gustabo, procediendo a atender la llamada.
"¿Qué pasa Gustabo?"
"¿Estás bien?, ¿Por qué no contestabas mis mensajes?" — su voz se escuchaba preocupada.
"Estoy bien, no te preocupes" — ignoró la segunda pregunta.
"¿Seguro?"
"Sí" — afirmó.
Se tornó un silencio incómodo por ambas partes, no sabían qué decir o como continuar la conversación así que el rubio se animó a decir lo primero que su mente anhelaba.
"Te quiero ver" — dijo con voz suave.
Horacio sentía su corazón acelerarse y a la vez estrujarse. "Necesitamos aclarar las cosas, Gustabo, no podemos seguir así"— Horacio contestó.
"Va-vale"— dijo confundido.
"Voy a tu casa en un rato más" — suspiró el pelirojo. "Chao".
"Adiós" — finalizó Gustabo.
Horacio colgó la llamada y guardo el móvil donde mismo para después volver apreciar la tarde nublada. Tenía que pensar muy bien lo que iba a hacer o decir....
Gustabo recostado en su cama mirando al techo pensaba en lo que había pasado y en lo que Horacio habría querido decir con "no podemos seguir así", éso le daba vueltas a la cabeza y resonaba claramente una y otra vez. ¿Así cómo, joder?, Sentía como los nervios empezaban a recorrer cada centímetro de su piel junto con la tensión, solo podía imaginar escenarios malos en los que la relación extraña que tenían iba a desaparecer por resultarle incómoda o asquerosa a Horacio o peor aún que su amistad diera fin por lo patético que era el rubio. ¿Era el momento para pedirle una cita?, ¿Para confesarle lo que sentía?. Gustabo tomó una almohada, la colocó sobre su cara y apretó fuerte para que no se escuchara su grito, un grito de angustia y desesperación por no saber cómo encaminar sus sentimientos por buen camino. Sin duda alguna de ésto estaba hablando cuando decía que no quería tener sentimientos románticos por su amigo.
—¡Ya basta de gilipolleces!— alzó la voz, se empezaba a sentir motivado. Se sentó en el borde de la cama y apretó con sus manos las sábanas blancas. —Hoy se lo diré... —levantó la mirada hacia en frente, como si Horacio estuviera allí, frente a sus ojos.
De pronto sentía como todo se volvía blanco y con cierta calidez que hacía enrojecer su cara y orejas, pero nada de éso le iba a importar, tenía que estar seguro de si mismo pasara lo que pasara....O éso tenía en mente hasta que estaba allí frente a sus ojos turquesa, el chico visualmente llamativo por lo extravagante que era, tanto físicamente, como en actitud. A ciencia cierta no sabía qué llamaba más la atención de él en ésos momentos, si sus labios rojos y brillantes o sus profundos ojos bibolor con pestañas largas. Su ropa combinaba como de costumbre a pesar de ser una simple sudadera negra con jeans del mismo color y así destacando las zapatillas rojas, al parecer aquel hombre estaba destinado a lucir increíble de la manera que fuera, la luz blanca de la luna llena era el único testigo y amigo del rubio, pues gracias a ella podía apreciar al bicolor sin una pizca de vergüenza, al no contar con ninguna farola alumbrando para delatarlo que no había pestañado ni un momento. No tener una visión del todo clara hacía que se sintiera menos nervioso y apenado por estar plantado allí, su sentido del olfato se agudizó, dando por hecho que quién desprendia de ese peculiar olor cítrico dulce era quien estaba frente a él.
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Bonito
ФанфикHoracio en el colegio intentando sobrellevar el día a día. Está basado en los personajes de gta rolplay y nada más en los personajes. La historia tendrá Volkacio y Gustacio. Si no les agrada alguno de los dos shippeos solo pasen de largo. Gracias.